domingo, 21 de abril de 2013

Vestuario femenino en la antigua Roma.


    Como ya hemos mencionado anteriormente, la vestimenta femenina poco se diferenciaba de la de los hombres. El vestuario básico consistía en las siguientes tres prendas.

·         Túnica interior.
·         Túnica exterior o stola.
·         Palla.

Ropa interior femenina de las romanas.


    Hay numerosas muestras de arte romano que a través de mosaicos, frescos y estatuas de la antigüedad nos muestran a las mujeres romanas portando ropa interior, fabricada en lino o en cuero. Estas prendas, básicamente eran las mismas que utilizaron sus antecesoras las griegas. Así que, podemos decir que las mujeres de Roma siguieron la moda íntima  de la Grecia clásica.

    El poeta Marcial describe el “cestus” que resulta ser muy similar al zóster de las griegas pero más ancho.
En general, la ropa interior de la mujer romana, casada o no, se cree que se componía de dos piezas: La parte superior, que protegía el pecho y la inferior, que protegía y ocultaba las partes íntimas.

    Respecto a la parte superior, si bien algunas romanas utilizaron la prenda conocida como mamillare o fascia pectoralis que fue una especie de faja de fino tejido para realzar el busto, existía también otra pieza de lencería entre las romanas antiguas que fue el strophium que eran como cintas de cuero que sujetaban el pecho. Cicerón lo describió como una banda o cinta de cuero suave para los pechos que sostenía el busto. 

    En cambio las patricias más adineradas y, para las ocasiones más especiales, llegaron a utilizar una especie de redecilla tejida con hilos de oro o plata con la que se sujetaban los pechos. Incluso, estas damas romanas pintaban con tonos vivos, plateados o dorados las aureolas de los mismos.

    Estos fueron claros precedentes de los sostenes para el pecho femenino que fueron utilizados por las mujeres en la época clásica, y que posteriormente en la Edad Media se ha conocido, recientemente, que ya se confeccionaron con formas mucho más similares a las de los sostenes actuales.

    En la parte inferior las mujeres emplearon algo similar al subligaculum o calzoncillo masculino y su forma era muy parecida a las actuales bragas.

    La versión femenina de la subucula, era en forma de vestido suelto sin mangas, similar a una túnica muy sencilla que también hacía las veces de camisónLa subucula, pronto se convirtió en una especie de ropa interior, por su sencillez, ya que era una simple banda de tela con un agujero en el medio para poder pasar la cabeza.

    En la época de invierno, las romanas abrigaban sus piernas con unas vendas.

    Pero como en el caso de las griegas, las grandes damas de la época romana no sólo cubrían las partes más íntimas, sino que la ropa interior determinaba también su estado civil y también su posición social, siendo estas prendas más lujosas y ricas en complementos, dependiendo del poder adquisitivo de quien las llevara.

La Stola.


    La stola era la vestimenta característica de las mujeres en la Antigua Roma, equivalente en cierto modo a la toga de los varones.

    La stola era una vestidura plisada y larga hasta los pies, que se llevaba encima de una túnica interior (túnica íntima). Generalmente tenía mangas, aunque ocasionalmente se sostenía con tirantes. También podía ser que las mangas pertenecieran a la túnica.

    Iba adornada generalmente con tiras bordadas de dibujo y colores variados, que podían estar incluso recamadas en oro, plata y hasta perlas en los casos más lujosos. A diferencia de la toga, podía ser de lana, lino, seda (las más lujosas) o algodón, de colores variados y de tela más liviana o menos.

    La stola se ceñía, según la moda y el gusto de quien la llevaba, bien debajo del pecho o bien en la cintura, con las mismas tiras que la adornaban, o con ceñidores o cinturones también bordados o adornados. La variación y el gusto personal residían tanto en los adornos como en la colocación adecuada de los pliegues con el ceñidor.

    Era el vestido propio de las mujeres casadas o matronas respetables, que lo adoptaban al contraer matrimonio. No estaba restringida formalmente a los ciudadanos romanos, como la toga. Sin embargo, en ciertas épocas existió la prohibición de usarla (y la imposición de usar la toga en su lugar) como castigo a las mujeres divorciadas por adulterio.

    En la época primitiva de Roma, la toga, o la versión más rudimentaria de ésta, fue usada tanto por varones como por mujeres. Sin embargo ya en época temprana, y posiblemente influenciada por el khiton griego, las mujeres la sustituyeron por la stola, llevada con la túnica interior debajo, y frecuentemente con la palla por encima (un manto o chal que podía envolver el cuerpo pasando sobre un hombro o sobre los dos, y usarse eventualmente también como capucha), y el uso de la toga por las mujeres quedó asociado a la prostitución o, como se ha dicho, al castigo público por adulterio.

    La stola se siguió usando en el Imperio Romano oriental, durante la época bizantina.

    También se denominó así cierta clase de vestido de ceremonia usado entre los antiguos medos y persas.

    A causa de su gran longitud, la stola siempre se llevaba ceñida por encima de las caderas, quedándose a la altura de la punta del pie.

La Palla.



    Se trataba de un manto o chal que se colocaba sobre prendas exteriores, como las stolas, y se recogía con fíbulas o alfileres, normalmente sobre el hombro izquierdo. Consistía en una pieza rectangular de lana, simple en su forma, pero se llevaba de manera distinta según la época. En el periodo clásico se llevaba muy similar a la toga. Al igual que la toga, en ocasiones se colocaba sobre la cabeza.

    Con ella sobre los hombros, podía caer uno de sus extremos casi hasta los pies, se enrollaba al cuerpo o se usaba para cubrir la cabeza. Para los hombres, se denominaba palio (pallium).

    De una sola pieza de material drapeado, su forma era rectangular y no semicircular como la toga tradicional y podía tener múltiples colores, incluyendo azules, verdes y amarillos.

    La palla procede de la vestimenta griega llamada himatión (himatio) y es más pequeña que su inmediato antecesor, el ricinium, una especie de manto que cubría el cuerpo, de la cabeza a los pies, al ir sujeta al pelo. La palla, más ligera, podía servir como chal, bufanda o cubrir la cabeza como una capucha.

Fuentes consultadas:
·         Wikipedia: Indumentaria (Roma Antigua)
·         El tejido en época romana. C. Alfaro.
·         Colapso. Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen.  Jared Diamond.
·         Roma antigua y moderna. Mary Lafón.

sábado, 20 de abril de 2013

El calzado en la antigua Roma.


Calzado, Soleae, Calcei.


    En la antigua Roma como ya hemos visto, era fácil distinguir la clase social de una persona por su vestimenta pero también por su calzado. Los romanos no solían llevar el pie desnudo, lo contrarío suponía pobreza. Había dos tipos de calzado: las sandalias (soleae) y los zapatos (calcei). Las sandalias estaban formadas por una suela de cuero recio o esparto, atada al pie de distintas maneras. Según la costumbre su uso se limitaba a la casa y su uso fuera de ella se consideraba de informalidad y pérdida de estatus.

    Es curioso pero durante las comidas no se utilizaban. El anfitrión y los invitados entraban con ellas pero una vez colocados todos en su sitio, los esclavos les quitaban las sandalias a los comensales y las guardaban hasta el final del banquete. Cuando un invitado salía a cenar en una Lectica (litera), llevaba las soleae, pero si iba caminando utilizaba calcei y un esclavo le llevaba las sandalias.



    Calcei: Usado de puertas afuera, aunque fuera más incómodo que las soleae. Las buenas formas impedían llevar toga sin calcei. Los calcei serían nuestro equivalente a las botas de cuero, sujeto con tiras  de cuero.

    Las clases superiores tenían un calzado especial propio de su rango. Los zapatos de los senadores (calceus senatorius) tenían una suela gruesa, se abría en la parte interna del tobillo y se ataba con amplias tiras de cuero que iban desde la suela y parte superior, daban vueltas alrededor de la pierna hasta en empeine. El calceus patricius, era solo utilizado en un principio por los patricios pero pronto se extendió a todos los magistrados curules. Tenía la misma forma del calzado senatorial, eran de color rojo y llevaban un adorno en plata o marfil en forma de luna creciente (lunula) en la parte externa del tobillo.

    Los ciudadanos normales llevaban zapatos que se abrían por delante y se ataban con una cinta de cuero. No subía tanto en la pierna como las de los senadores y posiblemente el cuero no estaba cromado. Los más pobres utilizaban  los perones, de materiales más burdos y sin curtir, los soldados llevaban las caligae de la factura más resistente posible  y con tachuelas de hierro para los terrenos difíciles.

    Calzado femenino romano.



    Zapatos y sandalias: Lo dicho anteriormente con el calzado masculino, también se aplica al femenino, En casa llevaban las soleae  (sandalias), que se distingían de las masculinas por sus decoraciones sobrecargadas, con la utilización de piedras y perlas (evidentemente esto solo se aplica a las mujeres patricias, las romanas corrientes llevarían unas más bien simples). Para el exterior utilizaban los calcei, estas fabricadas con una piel más suave y fina que la de los hombres. Solían ser blancos o de vivos colores. Para el invierno, la suela podía ser de corcho.

Fuentes consultadas:
·         Wikipedia: Indumentaria (Roma Antigua)
·         El tejido en época romana. C. Alfaro.
·         Colapso. Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen.  Jared Diamond.
·         Roma antigua y moderna. Mary Lafón.

jueves, 18 de abril de 2013

Lacerna, Paenula y Synthesis.


La Lacerna.


    Daban el nombre de lacerna los romanos, a una especie de capa que se ponía sobre la túnica y se aseguraba con un broche en el hombro.

    Al principio fue utilizada por los soldados y clases inferiores, pero debido a su comodidad pronto fue adoptada por las clases altas. Estas clases lo utilizaban como manto protector del polvo o de la lluvia colocado sobre la toga. Era de lana, corto, ligero, abierto por un lado, sin mangas y fijado al hombro mediante una fíbula o broche. Era tan cómodo que con los años no tardó en empezar a eclipsar a la toga, hasta el punto que Augusto tuvo que pronunciar un edicto en el que prohibía su uso en asambleas públicas.

    Estaba hecha en distintos colores, oscura, para las clases bajas, blanca para las ocasiones formales y de vivos colores para los pudientes. A veces contaba con una capucha (cucullus). El manto militar llamado sagun era muy similar a este, pero fabricado con lana más pesada.

La Paenula.




    La Paenula fue un tipo de capa utilizado en el mundo romano a partir del siglo IV a. C. Se trataba de una pieza de tela de lana basta de forma oval con una capucha, similar al actual poncho.

   Fue introducida en Roma por influencia etrusca y se convirtió en la capa típica de las clases populares y de los esclavos. Como era práctica y resistente, se convirtió en parte del equipo estándar de los soldados del Ejército Romano y a partir de ahí, hacia el cambio de era, se convirtió también en una pieza común para hombres y mujeres en todo el Imperio.

    Más antigua que la Lacerna y usada por hombres de todos los tipos y clases, era la paenula un manto burdo, de lana pesada, piel o cuero, utilizada para protegerse del frío y la lluvia, y por ello nunca se utilizó con la toga ni fue confeccionada con ricos materiales. Era una prenda sin mangas, hecha principalmente de una pieza, con un agujero en el centro por el cual el portador introducía la cabeza. Se ponía sobre la cabeza, como una túnica y cubría los brazos, permitiendo una movilidad reducida. La paenula  se llevaba sobre la túnica y era una prenda indispensable en los largos viajes y utilizada por los legionarios en las regiones con climas muy fríos. Al igual que la lacrema también podía llevar una capucha.

La Synthesis.


    Consistía en una especie de toga pequeña que se empleaba para no ensuciarse la túnica cuando se comía. Se empleaba para lavarse los dedos entre plato y plato o para secarse el sudor durante el banquete.

    Los invitados cuando llegaban a la casa del anfitrión, se descalzaban, se despojaban de la toga, recibían un baño en los pies y se colocaban la prenda. Era costumbre que el anfitrión regalase la synthesis como recuerdo del banquete.  Según algunos textos clásicos nos hacen suponer que se cambiaban de prenda entre plato y plato:

“Once veces te levantas en la misma comida y otras tantas mudas tu ropa de banquete (synthesis); temes que el sudor te impregne los vestidos y que al pegarse a tu cuerpo una leve corriente de aire dañe los abiertos poros de tu piel. ¿Cómo es entonces que, cuando ceno contigo, Zolio, no sudo?, pues porque sólo tengo una muda y hago por sentir mucho fresco”
Marcial, Epigramas, V, 79

    Solo se utilizaba fuera de casa en la festividad en honor a Saturno; las Saturnales.

Fuentes consultadas:
·         Wikipedia: Indumentaria (Roma Antigua)
·         El tejido en época romana. C. Alfaro.
·         Colapso. Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen.  Jared Diamond.

·         Roma antigua y moderna. Mary Lafón.

miércoles, 17 de abril de 2013

Túnica y toga romana.


La túnica.


    La túnica era la ropa común de la civilización romana, propia de ambos sexos, que se llevaba como ropa exterior, ajustada al cuerpo. La de los hombres era un corto y amplio camisón de lana compuesto de diversas piezas cosidas (normalmente, dos) o con mangas muy cortas. Se ponía por la cabeza y se ceñía al cuerpo con un cinturón.

    Fue usada por los ciudadanos y los no ciudadanos igualmente; los ciudadanos, sin embargo, la usaban debajo de la toga, especialmente, en ocasiones formales. Aunque fue variando en el transcurso del tiempo. La túnica de las mujeres era generalmente más larga, pudiendo llegar hasta los tobillos (tunica talaris)

    La túnica del ciudadano corriente tenía el color natural de la lana con la que se hacía. La presencia o la carencia de listas así como la anchura y la ornamentación, indicaría en la sociedad romana el estado del portador. Así, los patricios y senadores la usaban con una franja ancha y de color púrpura (tunica laticlavia), que descendía desde el escote hasta abajo. Estas bandas podían ser bordadas sobre la túnica o tejidas con ella. Las de caballero se denominaba túnica angusti clavi o angusticlavia y la del senador, lati clavi o laticlavia. Hay teorías que afirman que la banda de la túnica senatorial era una única banda ancha por delante y detrás que recorría el centro de la prenda. Pero hasta la fecha no hay hallazgos de ningún fresco o mosaico que zanje la cuestión. Bajo esta túnica tanto caballero como senador posiblemente llevasen también la túnica interior.

    La túnica manucata o de manga larga era considerada afeminada y sólo se empleó en el Bajo Imperio. La túnica se ceñía a la cintura y no solía llegar hasta las rodillas. Su uso era común y no presentaba mayor inconveniente que el de que no era de buen gusto dejarla asomar bajo la toga.

    La túnica se llevaba en casa sin ninguna prenda exterior y posiblemente sin cinturón, se convirtió en la ropa distintiva en casa por oposición a la toga, que estaba reservada solamente para las ocasiones formales.

    El usuario también la llevaba en el trabajo sin nada encima, pero ningún ciudadano con aspiraciones políticas asistiría a eventos públicos o recorrería las calles de la urbe sin llevar puesta una toga y con ella las buenas formas requerían llevar un cinturón ceñido a la túnica. A menudo se llevaban dos túnicas (túnica interior o subucula y túnica exterior), y las personas frioleras podían llevar un número superior cuando el frio arreciaba.

    Hay que destacar que los romanos no tenían nada similar a los pantalones o calzoncillos largos. Las bracae (pantalones), eran una prenda de los galos que no se llegó a utilizar en roma hasta los últimos compases del imperio. Los romanos denominaban  despectivamente Nationes bracatae a las tribus galas y bárbaros del norte de Europa.

La toga.


    La toga fue una vestimenta distintiva de la Antigua Roma consistente en una larga tela de alrededor de 6 metros de longitud. Fue unas de las prendas más importantes de los romanos y fue utilizada durante más de 1.000 años. Se portaba enrollada alrededor del cuerpo de una manera especial, generalmente colocada sobre una túnica. Era incómoda  aunque daba un aspecto digno y formal. La toga estaba hecha de lana, y la túnica bajo ésta era por lo general de lino. Los ricos la llevaban de lana muy fina y blanca salvo en casos de luto, y los pobres de lana burda y oscura. Sólo la utilizaban los ciudadanos en la Antigua Roma.

    Los cónsules, pastores y triunfadores la usaban con rayas de colores diversos y bordado de oro. Cuando estaban de luto o durante períodos de calamidad pública, los romanos cambiaban la toga blanca por una de color negro o gris intenso. Todo ciudadano romano usaba la toga, excepción hecha de los criminales que habían sido condenados. En la mayor parte de la historia de Roma, la toga fue usada exclusivamente por hombres, mientras que las mujeres vestían la stola. Los ciudadanos no romanos tenían prohibido usar toga.

    Como ya hemos dicho anteriormente, los romanos cuando trabajaban en el campo solían llevar el subligaculum; en la casa o en el trabajo llevaban la túnica; pero en el Foro, en los comitia o en los eventos públicos, el romano tenía que llevar la Toga.

    Con la toga asumía las responsabilidades ciudadanas; con la toga llevaba a su esposa desde la casa de su padre hasta la suya; con la toga recibía a sus clientes que también iban con toga; con toga desempeñaba sus tareas como magistrado; gobernaba su provincia, celebraba su triunfo y con toga yacía muerto en el atrium.

    A los extranjeros no se les permitía vestir toga aunque vivieran en Italia o incluso en Roma. Los ciudadanos privados de sus derechos debían dejar la toga, con todos sus derechos civiles detrás. Virgilio en la Eneida escribió un verso en el que queda demostrado este sentimiento nacional por la Toga: “Los romanos, señores del mundo y gente que vestía toga”.

Forma y colocación.


    Las esculturas romanas nos ayudan mejor a comprender esta prenda y gracias a textos clásicos, podemos saber su forma de colocación. La parte superior caía en forma de curva por la cadera derecha y después cruzaba el pecho en diagonal, formando el sinus. Este era  como un bolsillo lo suficiente profundo para guardar pequeños objetos. La parte que iba desde el hombro izquierdo hasta el suelo, se estiraba hacia arriba por el sinus  para caer formando un pequeño embolsamiento hacia adelante.

    También podía estirarse por encima del hombro izquierdo, como a la manera más antigua de la toga grande. Las togas solían estar tejidas de una sola pieza pero quizás las más grandes estaban compuestas de dos piezas cosidas. No se habla de imperdibles ni agujas para mantener la toga, pero la parte que caía del hombro hasta el suelo se mantenía por su propio peso.

    En las ceremonias religiosas: sacrificios, ritos oficiales, se utilizaba el cinctus Gabinus. Para ello el sinus era colocado sobre la cabeza y el extremo que colgaba se pasaba por debajo del brazo izquierdo y por detrás de la cintura para ocultarse después allí.

Tipos de togas.


    La toga del ciudadano corriente, como la túnica, era del blanco natural de la lana con la que estaba hecha y su textura dependía de la calidad de esta. Era llamada toga pura, virilis o libera. Otros tipos de toga eran los siguientes:

  • La toga  splendens o candida, se le daba un brillo especial con un preparado de yeso, y era la que vestían todas las personas que aspiraban a una magistratura, por lo que se conocían como candidati.
  • La toga praetexta era llevada por los magistrados curules, de las colonias y ciudades libres, censores,  dictadores y también los niños; se distinguía  de la ordinaria por tener una banda púrpura.
  • La toga picta era completamente púrpura con bordados en oro era utilizada por el general victorioso en su triunfo y más tarde  en el imperio por los emperadores.
  • La toga pulla era una toga oscura, llevada por personas en luto o amenazadas bajo alguna calamidad.  A los hombres que la portaban se le llamaba sordidati, y a ellas mutare vestem. Solo las clases populares vestían este tipo de toga
  • La toga trabea con rayas que vestían los Augures y los pontífices o sumos sacerdotes. Tenía rayas alternas de arriba abajo en colores rojo y púrpura.

Fuentes consultadas:
·         Wikipedia: Indumentaria (Roma Antigua)
·         El tejido en época romana. C. Alfaro.
·         Colapso. Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen.  Jared Diamond.
·         Roma antigua y moderna. Mary Lafón.

lunes, 15 de abril de 2013

La ropa interior masculina en la antigua Roma.


    El subligaculum, calzoncillo al modo romano.

    No hay evidencias de un uso muy difundido de la ropa interior entre los romanos al menos, hasta antes de la República. Pero a diferencia de los griegos, que eran amantes de la belleza libre y el desnudo sin nada bajo la túnica, los hombres de Roma fueron más prácticos, institucionalizando el “subligar”, una especie de taparrabos de lino si bien, en aquellos días, estuvo limitado a la clase plebeya. Los patricios, en cambio no usaban más que una especie de venda, y la túnica de su rango.
Sabemos que esclavos y plebe estaban más expuestos a las inclemencias y a las agresiones físicas. Su vestimenta se reducía únicamente a la túnica, sin la “toga” encima, lo cual hacía necesario, sobre todo entre la clase trabajadora, recurrir a un subligar, una especie de calzón blanco o taparrabos, no muy ceñidos, conocido también como  subligaculum, con la función de proteger sus genitales.

Subligaculum.


    Era la denominación del “taparrabos” que lucían atletas y gladiadores. En la época más antigua era la única prenda interior utilizada por los romanos y que durante la República la familia de los Cetegos  adoptó esta costumbre llevado inmediatamente encima la toga.  O también fue adoptado por particulares que querían asemejarse a los campeones de la arena.

    Se trató de una prenda rectangular de lino o lana según  la época del año, que generalmente cubría también el vientre. Estas prendas podían tener distintos modelos. El subligaculum campestre o cinctus era utilizado en los días calurosos.

    Poco después, su uso se generalizó entre los “soldados campesinos”, los cómicos, atletas de la República, y los gladiadores hicieron muy popular esta prenda desde la arena del circo.

    Los soldados o milites se protegían con estos pañales, bastante sujetos, para evitar que los movimientos  bruscos dañaran sus partes nobles.

    Existía otra forma alternativa de este taparrabos romano, que era más similar a una falda y consistía en  un trapo enrollado varias veces alrededor de las caderas y después sujeto con un ceñidor.

    Así que podemos decir, que este taparrabos o pañal fue una especie de calzoncillo o short que los romanos homologaron como tal.

 Subucula, la camiseta interior romana.


    Como es bien sabido, la vestimenta standar en el mundo romano era la túnica, semejante al quitón de los griegos y sobre ella la toga propia y exclusiva de los ciudadanos romanos que se hacían llamar gens togata.

    Posteriormente, surgen dos nuevos tipos de ropa interior. Bajo estas túnicas hombres y mujeres de cierta posición social también llevaban:

  • Una segunda prenda larga llamada subucula semejante a una camiseta interior actual, que hacía las veces de ropa interior con un diseño rectangular en lino o lana y sujeta al talle.
  • Y la camisia, más similar a una camisa.
    Como curiosidad destacamos el uso de los albornoces, que se usaban  por los hombres después de las prácticas de gimnasia para evitar coger frío.

Fuentes consultadas:
·         Wikipedia: Indumentaria (Roma Antigua)
·         El tejido en época romana. C. Alfaro.
·         Colapso. Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen.  Jared Diamond.
·         Roma antigua y moderna. Mary Lafón.

domingo, 14 de abril de 2013

Vestuario civil romano.

Introducción.

    Desde los inicios hasta el final del imperio, la vestimenta romana fue muy sencilla, compuesta por dos o tres prendas además del calzado. Estas prendas variaban en el material, el nombre y las formas, y apenas se alteraron desde la república al imperio. El contacto con griegos y etruscos provocó la influencia en la forma de vestir con ropajes bellos y dinámicos. A diferencia de la actualidad, entre la vestimenta tanto de hombre como de mujer, había poca diferencia. Sin embargo si un hombre vestía muy similar a las mujeres se le consideraba afeminado. Según los autores clásicos podemos clasificar las prendas en:

  • indutus, las interiores.
  • amictus, las exteriores.
    En los primeros tiempos, se reducían las prendas a la túnica, semejante al quitón de los griegos y a la toga propia y exclusiva de los ciudadanos romanos, que por ello se llamaban gens togata, mientras ellos decían de los griegos gens paliata. A veces, llevaban otra túnica interior, denominada subúcula, equivalente a nuestra camiseta, y la superior solía ceñirse con un cinturón llamado cingulum o cinctus, cerrado con broche o fíbula.


    La vestimenta romana  sufrió una progresión a través de las diferentes épocas en las que su manera de vestir se asemejaba a la de otros pueblos. Existió un periodo greco-romano que marcó la transición entre el modo de vestir de la Grecia heroica y la constitución del Imperio Romano. Desde la fundación de Roma por Eneas, de acuerdo con Virgilio, la nueva República adoptó muchas de las representaciones griegas. Esta imitación no solo se constituyó mediante los antiguos dioses griegos que tomaron nombres romanos, sino en otros aspectos, como por ejemplo, los trajes, que marcaron el cambio de una cultura a otra. Esta comparación y cambio pudo establecerse a través de las esculturas y pinturas de la época. Por ejemplo, Juno (Hera para los griegos) era representada con un traje jonio y sosteniendo el cetro. Entre las damas de mayor jerarquía también podía observarse un enorme velo cubriéndola a modo de virgen griega.

    Luego, en pleno apogeo de Roma, la toga constituyó la prenda principal. Su uso era civil ya que para el ejército se sustituyó por un manto o capa más larga. La toga era una amplia vestidura de lana o lino, de corte elíptico. Al llevarla, se recogía por los pliegues del lado derecho y se echaban terciados hacia el hombro izquierdo. Su color era generalmente blanco (albacándida), sobre todo, en los que aspiraban a la magistratura; de donde se derivó el nombre de candidatos que hoy está en uso en nuestra lengua. Los niños y los magistrados llevaban una toga adornada con tiras de púrpura (trabea,toga praetexta). Los conquistadores en su entrada triunfal vestían la toga con bordados de palmas de oro (toga palmata). Los emperadores ostentaban la toga hecha completamente de púrpura (toga purpurea) o con bordados de oro (toga picta). La utilización de la toga en tiempos del Imperio era un símbolo de estatus, sólo los ciudadanos podían llevarla y los trabajadores en días festivos. Sin embargo, estaba prohibida a los esclavos y a cualquier hombre que hubiese perdido sus derechos de ciudadano o que no los tuviera.


    En el caso de las mujeres, la principal prenda de vestir era la palla. En ocasiones podía colocarse alrededor de la cabeza, con el rostro al descubierto, cuya extensión no era muy larga; el objetivo era que se viera por debajo la instita o estola. Ésta se usaba sobre una especie de blusa y quedaba recogida por dos cordones o cinturones, uno cruzado por debajo del seno y el otro rodeando las caderas.

    El cuidado del cabello también era importante: los tocados eran varios, entre ellos, pelucas, peinetones con piedras preciosas, para las mujeres de los emperadores, velo de origen griego, rodeando la cabeza y cubriendo la parte baja del rostro y dejando al descubierto ojos y nariz.

    Durante los días del Imperio Romano existió una mayor preocupación por la higiene corporal, respecto a otras culturas de la antigüedad. Los romanos se dedicaron de una forma muy especial al cuidado de su cuerpo, solían teñir su cabello, usar cosméticos y pastas de color, rasuraban el vello y, si su posición se lo permitía, cubrían, brazos y cuello, con las más exquisitas joyas…

    Al terminar el primer siglo del imperio romano, se aumentaron y modificaron las piezas del indutus, admitiendo la túnica con mangas omanicata y la túnica ancha y sin el hombro derecho (exomis) para esclavos y pastores y algo también los calzones o bragas (bracae), imitando a los persas, galos y otros pueblos del Norte. La pieza más destacada del amictus que empezó a cundir a finales del Siglo I fue la penula, manto cerrado o cosido también por delante que adoptaban los viajeros para abrigo y defensa de la lluvia (penula viatoria) e incluso los nobles quienes lo llevaban largo y de tela preciosa con adornos de franjas y bordados. Se llamó también planeta con significado de errante porque giraba alrededor del cuerpo sin fijación y como carecía de mangas para hacer uso de los brazos con esta vestidura debían levantarse por los lados hasta los hombros. Se añadió también a las vestiduras exteriores (a la vez que se abandonaba la toga por casi todos) el gabán o capa llamada lacerna, abierta por delante y sujeta con broche o fíbula y la alícula, especie de esclavina, todo lo cual era rico y espléndido entre la gente poderosa.

Los tejidos. 


    Al igual que los griegos, la lana y el lino eran los materiales utilizados por los romanos para elaborar sus vestimentas. El algodón también se usaba pero en menor medida. La lana era la más utilizada por su fácil disponibilidad y tratado lo que la hacía muy barata. Las esclavas también las tejían en las domus o villas patricias, pero lo más habitual era que se elaborasen en talleres especializados. Otro material era la seda, traída de oriente y solo asequibles para los patricios más ricos. El cuero y las pieles estaban dedicados especialmente a la elaboración de calzado aunque también estaban reservadas para un ambiente más rural.
Los tejidos eran coloreados con tintes naturales, por ejemplo de la rubia roja (rubia tictorum) extraían el rojo, el naranja o el amarillo del azafrán, el negro del hollín. Pero quizás el color más carao sería el púrpura, extraído de un molusco llamado múrice. Para producir un gramo de púrpura, se necesitaban alrededor de 9000 moluscos, por lo que su huso se limitaba a artículos de lujo.

El calzado.



    El calzado más común entre los romanos era la sandalia (solea) atada con unas correas (corrigia) constituyendo el conjunto la caliga. Pero se usaba también el calceus, especie de zapato con algunas variedades y que llevaban los senadores y otros magistrados (éstos, de color rojo y aquéllos, negro) y el campagnus o bota más grande, propia también de nobles. El coturno estaba de uso entre los romanos, lo mismo que entre los griegos.

Sobre la cabeza.



    Los tocados eran comunes entre los marineros, pescadores y artesanos. Eran una especie de manta que se llevaban sobre el cabello y sin atar para dejar éste al descubierto. Los bonetes frigio y griego tenían forma ovalada, simbolizaban al romano libre. Para cubrir la cabeza, servía en ocasiones dadas una orilla o pliegue de la toga pero lo más habitual era el cucullus o capuchón, el birrete o gorro (pileusgalerus) y el sombrero. Se llevaba el cucullus adherido a otra pieza, como la penula o la capa, ya formando parte de ella (llamada entonces la capa bardocuculo), ya de modo que pudiese quitarse y ponerse a voluntad. Y en cuanto al sombrero, solía hacerse de fieltro y de grandes alas (causia) o de alas más reducidas (petasus). En los actos solemnes, sin embargo, fue costumbre ir con la cabeza descubierta, menos el sacerdote al ofrecer un sacrificio, que siempre iba cubierto con algún pliegue de la toga.

Otros complementos.



    La gente de toda clase o condición usaban pañuelo de bolsillo, conocido con los nombres demanipulumsudarium y mapula, y otro mayor para el cuello y hombros, llamado amictusorarium ypalliolum. Como adornos de los vestidos exteriores eran muy frecuentes en personas de ambos sexos las tiras de púrpura o de otro color, bordadas y aplicadas de arriba abajo, que se llamaban clavi oclavus, distinguiéndose en angusticlavi y laticlavi, según que fuesen estrechas o anchas y además loscalliculae o rodajas y florones de tela de color y bordada, que se aplicaban sobre la túnica o vestido en puntos diferentes.

    El traje de los españoles durante la dominación romana fue exclusivamente romano, hasta que a principios de la Edad Media se modificó algo por los godos y bizantinos. Solían tener un tocado llamado melo.


Fuentes consultadas:

·         Wikipedia: Indumentaria (Roma Antigua)
·         El tejido en época romana. C. Alfaro.
·         Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen.  Jared Diamond.
·         Roma antigua y moderna. Mary Lafón.

lunes, 1 de abril de 2013

Usos y costumbres en la Roma Clásica. V


Diversiones.

    El pueblo romano en los tiempos libres presenciaba sangrientas luchas en el circo y disfrutaba de los baños públicos.


El circo romano.



    El Circo romano es una de las instalaciones lúdicas más importantes de las ciudades romanas. Junto con el teatro y el anfiteatro forma la trilogía de equipamientos para divertir a los ciudadanos. Estaba destinado a las carreras y a representaciones que conmemoraban los acontecimientos del Imperio, algunas de ellas eran batallas navales para lo cual se llenaba el circo con agua (hay restos de estas conducciones en el circo romano de Calahorra).

    El Circo romano es un recinto alargado, es la instalación más grande de las destinadas a divertir al pueblo, con remates circulares en los extremos. La arena, muy alargada, estaba partida en dos por la spina formando dos calles por donde corrían las cuádrigas y los caballos. En esta espina se solían colocar columnas y estatuas así como obeliscos conmemorativos. Los contadores de vueltas solían ser huevos de piedra o estatuillas de delfines.

    Estaba inspirado en los hipódromos y estadios griegos pero solía ser de medidas mucho mayores que estos.

Combates de gladiadores.



    El origen de los combates de gladiadores hay que buscarlo en las costumbres funerarias de los etruscos, en cuyos monumentos aparecen representados y, remontándose algo más, es probable que se encontrase alguna relación con la costumbre de inmolar los prisioneros en la tumba del héroe muerto en la guerra, practicada por algunos pueblos primitivos.

    Constituían una parte de los juegos fúnebres de los etruscos y parecen referirse al culto de Saturno, lo cual indica que en un principio se celebraban durante las Saturnales. Dichos combates se introdujeron en Roma hacia el siglo III a. C. Como no siempre había prisioneros que combatieran mientras el cadáver se quemaba en la pira, pues tal era el momento en que se producía el duelo gladiatorio, en que la sangre que se vertía era como un holocausto ofrecido al difunto, no faltaban hombres temerarios que se prestaban libremente a combatir. Tales fueron los primeros gladiadores.

    Como sucedió con otras muchas costumbres de la antigüedad, los combates de gladiadores, que habían comenzado por ser un rito de significación religiosa, acabaron por ser un espectáculo bárbaro y sangriento que llegó a inspirar una pasión desenfrenada. Si se ha de creer a Valerio Máximo, los hermanos Marco y Décimo Bruto dieron el primer munus gladiatorium en el año 490 de Roma, 264 a. C., en el foro Boario con motivo de los funerales de su padre.

    Como eran muchos los sistemas ideados para combatir y variados los lances y suertes de cada combatiente, se fijaron reglas al arte del gladiador, cuya enseñanza estaba encomendada a los lanistas o gladiadores viejos. A cargo de éstos, estaban los gladiadores fiscales, o dependientes del fisco, pues el Estado los mantenía bajo un régimen especial y les pagaba. Otros lanistas reclutaban y mantenían muchachos para combatir en la arena, que luego alquilaban para funerales, comidas y otras solemnidades. No faltaron tampoco particulares opulentos que tenían gladiadores y los césares, como es lógico, poseían los mejores.

    Los autores antiguos, especialmente Suetonio, dan muchos detalles de los combates de gladiadores y de la intervención que en tales fiestas tomaron algunas veces los emperadores. Por ejemplo, Nerón hizo pelear un día en el anfiteatro a cuatrocientos senadores y doscientos caballeros. Trajano, de vuelta de su expedición al Danubio, hizo que, en los 123 días de las fiestas organizadas, combatieran diez mil gladiadores.

    Los gladiadores educados en las escuelas por los lanistas se alquilaban o vendían, de suerte que los lanistas eran al mismo tiempo sus maestros y sus empresarios. Estas escuelas, que la gente rica se daba el lujo de sostener en los últimos años de la República, estaban repartidas en diferentes puntos del territorio romano. El Imperio fundó muchas otras: Domiciano estableció cuatro en Roma, llamadas ludus GallicusDacicusmagnus y matutinus. En Preneste, Rávena y Alejandría, a causa de lo saludable de su clima, se establecieron de esta clase de instituciones imperiales y la escuela de Esgrima de Capua conservó mucho tiempo su antigua reputación.

Las termas romanas.



    A finales del siglo V a. C. las antiguas estancias de baño asociadas a los gimnasios griegos se perfeccionaron y crecieron en complejidad convirtiéndose en estancias independientes destinadas solo al baño. Estas estancias ofrecían baños de vapor y piscinas frías, templadas y calientes.

    En Roma, siguiendo el ejemplo griego, se construyeron estancias similares que pronto fueron del gusto de la ciudadanía. Ya no solo se realizaban los actos de limpieza y relajación, así como aquellos medicinales cuando las aguas tenían propiedades curativas, sino que se añadía un cuidado del cuerpo que incluía prácticas deportivas y un ritual de masajes con diferentes sustancias como esencias y aceites especiales.

    El nombre de termas se aplica por primera vez a unos baños construidos por Agripa en el año 25 d. C. Nerón construyó unas termas en el campo de Marte, hoy totalmente desaparecidas. Las primeras termas de carácter monumental son las que inició Domiciano e inauguró Trajano, pero fueron ampliamente superadas por las de Caracalla, cuya inauguración tuvo lugar el año 216.

    El uso de las termas se generalizó en el mundo romano a partir del siglo I a. C., cuando se descubrió un sistema que permitía calentar y distribuir el aire caliente gracias al ingeniero Cayo Sergio Orata. Su uso fue difundido por el Imperio romano a toda Europa.

    Las actuales ruinas de las termas romanas de Caracalla dan idea del monumental tamaño del complejo termario que se extendía con servicios como biblioteca o tiendas. Estas instalaciones, construidas alrededor del año 217, tenían un aforo de 1.600 usuarios. Las termas de Diocleciano, otras de las importantes instalaciones de este tipo de la capital del Imperio, fueron remodeladas por Miguel Ángel que convirtió su tepidarium en la iglesia de Santa María de los Ángeles.

    Los restos termales romanos más antiguos de los que hay noticia son las termas de Pompeya, datadas en el siglo II a. C.

    Los baños romanos abrían al mediodía y cerraban al ponerse el sol. En los lugares destinados al baño había departamentos separados para hombres y mujeres; si no había espacios separados, el establecimiento abría unas horas al día para mujeres y otras para hombres. En algunas ocasiones, durante el Imperio, se permitió el baño conjunto a hombres y mujeres.

Fuentes: Wikipedia.