sábado, 23 de junio de 2012

Las esposas de Felipe V.

María Luisa Gabriela de Saboya.



    María Luisa Gabriela de Saboya (Turín, 13 de septiembre de 1688 – Madrid, 14 de febrero de 1714), primera esposa de Felipe V, fue, como tal, reina consorte de España de 1701 a 1714 y, en ocasiones, regente. María Luisa era hija de Víctor Amadeo II, duque de Saboya y rey de Cerdeña (bisnieto de Enrique IV de Francia, primer rey francés de la dinastía de Borbón) y de Ana María de Orléans (hija de Felipe I de Orleans, hermano del rey Luis XIV de Francia). Su hermana mayor, María Adelaida de Saboya, fue duquesa de Borgoña y delfina de Francia, siendo además la madre del rey Luis XV de Francia.

    Contrajo matrimonio con su primo el rey Felipe V (primer rey español de la dinastía borbónica), nieto de María Teresa de Austria, infanta de España, y de Luis XIV, el 2 de noviembre de 1701 en Figueras, con sólo 13 años. Sometida a la influencia de la princesa de los Ursinos y el cardenal Portocarrero, fue nombrada Gobernadora y Administradora General cuando su esposo debió trasladarse a los escenarios bélicos en 1702. Actuó con responsabilidad durante la Guerra de Sucesión. Fue madre de Luis I y de Fernando VI. Falleció a los 25 años en 1714, sus restos descansan en la Cripta Real del Monasterio de El Escorial. Cabe destacar que María Luisa fue una eficaz reina regente y una gobernadora muy competente y dedicada a los destinos nacionales españoles.

    Tuvo cuatro hijos de su matrimonio con el rey Felipe V, dos de los cuales reinaron en España:

  • Luis I (25 de agosto de 1707 – 31 de agosto de 1724), rey de España.
  • Felipe (2 de julio de 1709 – 8 de julio de 1709).
  • Felipe Pedro (7 de junio de 1712 – 29 de diciembre de 1719).
  • Fernando VI (23 de septiembre de 1713 – 10 de agosto de 1759), rey de España.

Isabel de Farnesio.


    Isabel de Farnesio (en italiano: Elisabetta Farnese), (Parma, Italia; 25 de octubre de1692- Aranjuez, España; 10 de julio de 1766), reina consorte de España, segunda esposa de Felipe V.


Primeros años de vida.

    Isabel de Farnesio nació en la ciudad italiana de Parma, como la segunda hija del Príncipe Heredero de Parma, Eduardo II Farnesio, y de Sofía Dorotea de Baviera-Neoburgo.

    Las muertes sucesivas de su hermano mayor, Alejandro Ignacio (5 de agosto de 1693) y de su padre (6 de septiembre de 1693), la dejan como la tercera en la línea sucesoria del ducado de Parma, precedida únicamente por sus dos tíos, Francisco (que se convertiría en su padrastro en 1696) y Antonio Farnesio, que reinarían en el ducado de Parma uno tras el otro, muriendo sin descendencia alguna. Esto convertía a Isabel en la única y legitima heredera de los estados tanto de los Farnesio como de los Médicis(vía su bisabuela paterna, Margarita de Médicis), una vez que esta familia se extinguió en 1743.


Matrimonio.

    Se casó en 1714 con el rey viudo de España, Felipe V, gracias a las buenas gestiones del obispo y cardenal italiano de Málaga, Julio Alberoni, al que ascendió a primer ministro a su llegada a la corte. Mujer de gran belleza, pese a las marcas que tenía en su cara, fruto de unas viruelas infantiles, poseía un cuerpo esbelto y atractivo, al tiempo que era acreedora de un fuerte carácter y una personalidad autoritaria que le otorgó una gran influencia en la corte de la época. En su cada vez más continuado aislamiento personal, Felipe V reducía su círculo personal, lo que convirtió a la reina Isabel en una pieza fundamental en la política del momento. Mientras el monarca caía en depresiones que lo sumían en una melancolía y desconsuelo cada vez más intensos, con un abandono cada vez más prolongado de su higiene personal en esos periodos, Isabel utilizaba todas sus influencias en pos de sus ambiciones personales para colocar a sus amados hijos en los tronos de Europa.

Vida pública.

    Fue apodada despectivamente "la parmesana". Julio Alberoni la describió así a su llegada a Madrid: "Se trata de una buena muchacha de veintidós años, feúcha, insignificante, que se atiborra de mantequilla y de queso parmesano y que jamás ha oído hablar de nada que no sea coser o bordar". De todas formas, en su reinado como esposa de Felipe V formó una importante colección de arte; cada cónyuge marcaba sus cuadros con un símbolo dinástico diferenciado (la flor de lis y un aspa) y la reina se aficionó especialmente a los cuadros de Murillo, que compró en gran número. También fue esta real pareja la responsable de la compra de la colección escultórica de Cristina de Suecia, que incluye el Grupo de San Ildefonso y las ocho "Musas" (todos ellos expuestos ahora en el Museo del Prado).

    La reina nunca mostró afecto, sino desdén, por sus hijastros. Para ella, los descendientes del primer matrimonio del rey con María Luisa Gabriela de Saboya constituían un escollo más para lograr su principal objetivo: dotar a sus hijos Carlos (futuro Carlos III) y Felipe de un reino donde gobernar. Mientras Felipe V vivió, la relación entre Isabel y sus hijastros (sobre todo con el infante Fernando) se caracterizó por una continua ignorancia mutua, en base a una aparente cordialidad. Isabel tampoco se reveló como una madre amorosa con los seis hijos que tuvo, ya que consumió todo su tiempo y energías a las intrigas políticas para, precisamente, forjarles ese brillante porvenir que tanto ansiaba para ellos.

    Su política estuvo orientada a recuperar para la monarquía española los territorios italianos perdidos por el tratado de Utrecht. Así, consiguió para su hijo Carlos (futuro Carlos III) el reino de Nápoles y Sicilia además de dotar a su otro hijo, Felipe, del ducado de Parma. Cuando quedó viuda, su hijastro, Fernando VI de España, la desterró al Real Sitio de la Granja de San Ildefonso en Segovia, aunque ella se construyó otra residencia cerca, el Palacio Real de Riofrío. En esos años de destierro, Isabel de Farnesio vivió dedicada a su vida personal, pero siempre atenta a la evolución del reinado de su hijastro, sobre todo atenta a la salud y vida privada de Fernando VI, especialmente tras la muerte de su esposa, Bárbara de Braganza. Al morir aquel sin descendencia en 1759 (después de caer en un período de depresiones cercanas a la demencia), lo que propició la subida al trono de su hijo Carlos, volvió a la corte, pero las continuas peleas y discusiones con su nuera, María Amalia de Sajonia, la hicieron volver a su exilio hasta el fin de sus días en la localidad madrileña de Aranjuez (Madrid).



Descendencia.

    De su matrimonio con el rey Felipe V tuvo siete hijos:

  • Carlos III (1716 – 1788), rey de España y de las Dos Sicilias.
  • Francisco (1717). Fallecido al poco de nacer.
  • Mariana Victoria (1718 – 1781), reina de Portugal, esposa de José I.
  • Felipe (1720 – 1765), duque de Parma.
  • María Teresa (1726 – 1746), esposa de Luis, Delfín de Francia (hijo del rey Luis XV).
  • Luis Antonio (1727–1785), arzobispo de Toledo y cardenal, desde 1735 hasta 1754. Abandonó la vida eclesiástica.
  • María Antonia (1729 – 1785). Esposa de Víctor Amadeo III de Cerdeña.

Fallecimiento.

    En 1766 muere Isabel, siendo enterrada junto a los restos de su difunto marido Felipe V en el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, concretamente en un mausoleo emplazado en la Real Colegiata de la Santísima Trinidad, en la llamada Sala de las Reliquias, templo inserto en el propio palacio, ubicado en la localidad de La Granja de San Ildefonso (provincia de Segovia), a escasos kilómetros de Segovia.

Fuentes: Wikipedia.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Sí, en particular Dª Isabel de Farnesio, era fue una mujer de armas tomar.

      ¡Un saludo y gracias por su visita!

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