(Granada, 1804-id., 1831) Heroína española. Viuda y madre de dos hijos de corta edad, fue denunciada por haber bordado en una bandera la leyenda «Ley, Libertad, Igualdad» y acusada de pertenecer a una conspiración liberal. Al negarse Pineda a delatar a sus supuestos cómplices, Pedrosa, miembro de la Chancillería de Granada, y según la leyenda, secretamente enamorado de ella, decretó su ingreso en prisión. En medio de las protestas de la población, fue juzgada y condenada a morir a garrote vil. La sentencia se ejecutó en el Campo del Triunfo de Granada, mientras la bandera que había bordado era quemada. Mariana de Pineda se convirtió pronto en heroína y mártir de la causa liberal, hasta el punto de inspirar numerosas canciones.
Nacida en el seno de una familia noble de Granada, segunda hija natural del capitán de navío de la Armada D. Mariano de Pineda Ramírez y de Dña. María de los Dolores Muñoz y Bueno, viene al mundo en la granadina Carrera del Darro el primer día de septiembre del año 1804. Huérfana desde los quince meses de edad, su infancia fue difícil por la temprana muerte de su padre y por adversas circunstancias familiares. Su tío D. José de Pineda ejerció de tutor y, poco después, fue confiada a un matrimonio sin hijos. A los 15 años, Mariana de Pineda contrajo matrimonio con D. Manuel de Peralta y Volte, (liberal perteneciente a la logia masónica y próximo al círculo constitucionalista del conde de Teba), natural del granadino pueblo de Huéscar, en la Iglesia de Santa Ana. Era el 9 de octubre de 1819. Transcurrían los años duros del primer periodo absolutista fernandino. De este matrimonio nacerían un niño y una niña. Pero Mariana enviudó tras tres años de vida feliz. Posiblemente esta temprana viudez fue la que la incitó a una vida militante a favor del liberalismo. De su marido y del ambiente en que se movía aprendió la consigna: LIBERTAD, IGUALDAD, LEY.
Al fallecer su marido en 1822, continuó frecuentando los ambientes liberales en el contexto de la Década Ominosa (1823-1833) que siguió al Trienio Liberal (1820-1823) tras la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis. En 1823, después de un breve periodo de vigencia de la Constitución de Cádiz, Fernando VII inició su segunda etapa absolutista, la llamada "década ominosa" (1823-1833). Serán años de terrible represión a los liberales. Como en otras ocasiones, en Andalucía -y por supuesto en Granada-se preparó una conspiración contra el régimen absolutista. De una manera muy inteligente, la valerosa Mariana de Pineda se implicó en la preparación del movimiento revolucionario.
La implicación de Mariana de Pineda en un complot constitucionalista, descubierto en 1826, y en el que actuaba como intermediaria entre los liberales granadinos y los exiliados de Gibraltar, levantó las sospechas del alcalde de la ciudad, Ramón de Pedrosa y Andrade. Éste, que ejercía además el cargo de subdelegado principal de policía, había sido comisionado en Andalucía oriental por el ministro de Justicia, Tadeo Calomarde, para reprimir cualquier intento de alzamiento en favor de la Constitución de 1812. Detenida por las autoridades, Mariana de Pineda fue sometida a juicio y posteriormente absuelta al alegar ignorancia del contenido de las cartas y otros documentos hallados en su domicilio.
Sin embargo, cuando en 1828 preparó con éxito la fuga de su primo Fernando Álvarez de Sotomayor, comandante del Ejército que había sido condenado a muerte por su implicación en el levantamiento de Riego (1820), Mariana de Pineda fue detenida bajo el pretexto de haber dado a bordar una bandera morada con la inscripción «Ley, Libertad, Igualdad», que había de servir de enseña para un proyecto revolucionario.
Tras diversos intentos de fuga y ante la negativa de Mariana de Pineda de delatar a sus presuntos cómplices, fue recluida en el convento de Santa María Egipciaca y, tras un simulacro de juicio, condenada a la pena máxima. De nada sirvieron los alegatos que en favor de la joven dirigió un sector influyente de la ciudad a Fernando VII, pues la sentencia se cumplió el 26 de mayo de 1831 en el granadino Campo del Triunfo. Poco después, vendría la amnistía a los liberales, y en España la práctica liberal continuaba su tortuoso camino. Casi de inmediato, la leyenda popular convirtió a Mariana de Pineda en símbolo de las libertades y protagonista de romances de ciego.
Fuentes:Wikipedia.
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