miércoles, 20 de junio de 2012

Felipe V de España (V Parte)

Política exterior.

    Los protagonistas de este período fueron Isabel de Farnesio y el primer ministro Giulio Alberoni, agente de la corte de Parma que había negociado su enlace matrimonial y que actuó como el hombre fuerte en la Corte. La muerte de su abuelo Luis XIV de Francia produjo el ascenso como regente de Francia del duque de Orleans, enemigo personal de Felipe V, frustrando toda posible aspiración a intervenir de ningún modo en Versalles. Esto llevó a un giro en la política exterior, que se sumó al producido en el interior.

    Cabe destacar de esta fase la política exterior, que partió del rechazo de los tratados de UtrechtRastatt y tuvo como objetivo la recuperación de los territorios italianos para situar en ellos a los hijos de Isabel de Farnesio y crear reinos satélites de España.

    En 1717 las tropas españolas conquistaron Cerdeña e invadieron Sicilia al año siguiente. Por ello, Gran Bretaña, Francia, Holanda y Austria firmaron la Cuádruple Alianza contra España. Una escuadra inglesa destruyó la armada española en Cabo Pesaro y los aliados solicitaron la dimisión de Giulio Alberoni, promotor de esta política, como condición para la paz.

    En 1725 se firmaron tratados de paz y alianza con Carlos VI de Austria, y al año siguiente comenzó la guerra hispano-británica. Esta rivalidad, originada de las ventajas que había obtenido Inglaterra en el Tratado de Utrecht, marcó el resto del reinado con incesantes incidentes marítimos (desde 1739 la conocida con el nombre de Guerra del Asiento). La organización de la Liga de Hannover entre las potencias europeas recelosas del tratado hispano-austriaco obligó a denunciarlo y a firmar el Convenio de El Pardo (1728) que reconoció definitivamente la vigencia del Tratado de Utrecht. Bajo la dirección de Patiño se reorientó la política exterior, buscando la alianza con Francia a través del Primer Pacto de Familia (1733), en el contexto de la Guerra de Sucesión Polaca.

    La ambivalente posición frente al tratado de Utrecht y la política europea de Francia también tuvieron como objetivo la recuperación de los territorios italianos para situar en ellos a los hijos de Isabel de Farnesio y crear reinos satélites de España. La tarea fue encomendada a Carlos, el futuro Carlos III de España, que empezó por Piacenza, Parma y Toscana (1732) para luego ocupar el trono de Nápoles (1734) (los tres ducados hubieron de ser devueltos a Austria, para ser más tarde recuperados, menos Toscana, por el infante Felipe). España volvió a ser una potencia naval dominando el Atlántico, y a tener en cuenta en el Mediterráneo Occidental (aunque Inglaterra siguió controlando Gibraltar y Menorca). El nuevo ministro José del Campillo y Cossío, en el contexto de la Guerra de Sucesión Austríaca llevó al Segundo Pacto de Familia (1743).




Pactos de Familia.

    Los Pactos de Familia fueron tres alianzas acordadas en distintas fechas del siglo XVIII entre las monarquías de España y Francia. Deben su nombre a la relación de parentesco existente entre los reyes firmantes de los pactos, todos ellos pertenecientes a la Casa de Borbón. España se dio cuenta que le convenía una política de amistad con Francia, por lo que se firmó un acuerdo por el que se ligaban militarmente, dos de ellos se firmaron en la época de Felipe V, los pactos llevaron a España a una serie de guerras europeas de la época:
  • Primer pacto: firmado en 1734, hace intervenir a España en la guerra de sucesión de Polonia, que acaba con el tratado de Viena en 1738. En este tratado, el príncipe Carlos, obtiene Nápoles y Sicilia.
  • Segundo pacto: España entra en la guerra de sucesión de Austria en 1743, y cuando acaba esta guerra en el 1748, Felipe V había muerto, y por el tratado de Aguisgrán, el príncipe Felipe obtiene los ducados de Parma, Plasencia y Guastalla.
Fuentes: Wikipedia.

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