miércoles, 22 de mayo de 2013

Dioses domésticos.


    Además de los dioses públicos, que todos los romanos tenían en común, cada familia tenía sus propios dioses, los dioses domésticos. El cabeza de familia o paterfamilias eran el encargado del culto.

Lares.



   Los lares eran deidades romanas hijos de la náyade (ninfa) Lara y el dios Mercurio cuyo origen se encuentra en los cultos etruscos a los dioses familiares.

    La religión de la antigua Roma presentaba dos vertientes: por un lado, los cultos públicos o estatales y, por otro, los cultos privados o domésticos. Dentro de esta segunda vertiente se sitúa la adoración de los llamados dii familiaris o dioses de la familia. Entre estos se encuentran los lares loci, cuya función primordial era velar por el territorio en que se encontraba la casa familiar. Tanto es así, que antes de que la propiedad privada fuese regulada por el derecho, eran los dioses lares los encargados de evitar que los extraños se adentrasen en tierras ajenas mediante, según la creencia popular, la amenaza de enfermedades que podían llegar a ser mortales.

    Las familias romanas sentían una gran veneración por los lares, que representaban en forma de pequeñas estatuas. Éstas se colocaban tanto dentro como fuera de la casa en pequeños altares llamados lararia (sg. lararium), donde se realizaban ofrendas o se les rendía oración. En la casas (sg. domus), el larario solía situarse en el atrio, lo más cerca posible de la puerta principal. En el caso de los apartamentos (pl. insulae), el lararium se colocaba cerca de la cocina, aunque en una misma casa podían existir varios y no era extraño que se encontrasen en los dormitorios. Lo que era importante, sin embargo, es que no estuviesen en lugares poco transitados o escondidos, con el fin de que no fuesen ignorados u olvidados.

    En los primeros tiempos romanos cada casa tenía al menos una estatuilla, más adelante surge cierta confusión entre éstas y las de los manes, almas de los antepasados muertos.

    Si bien el culto a los lares ha desaparecido, todavía pueden observarse algunos vestigios en ciertas costumbres o tradiciones aparentemente cristianas.

    Mientras el cristianismo fue perseguido y hasta castigado con la muerte existió una clara distinción entre éste y el mundo pagano. Con el Edicto de Milán, promulgado por Constantino I el Grande en 313 d. C., se admitió al cristianismo entre las religiones lícitas con una visión tolerante hacia el paganismo y otras formas de elección de conciencia. Pero, a partir de Teodosio I el Grande, comenzó un ataque abierto contra la antigua religión, muy arraigada aún entre el pueblo. Obligados a profesar una única religión oficial, muchas personas continuaron con sus prácticas anteriores, pero dándoles un tinte "cristiano". De esta forma el larario mantuvo su posición cercana a la puerta de entrada, pero conteniendo una imagen de Jesús, de un santo o hasta de la Virgen. Los lares urbanos fueron cambiados por los santos patronos, el lar personal o genio por el ángel de la guarda y así por el estilo. Es un ejemplo interesante de cómo interactúan dos culturas diferentes cuando se relacionan entre sí o una de ellas desplaza a la otra.

Manes.



    Manes, en la mitología romana, era un dios doméstico, junto a lares y penates. Eran espíritus de antepasados, que oficiaban de protectores del hogar. El pater familias o padre cabeza de familia, era su sacerdote y oficiaba sus ceremonias religiosas y ofrendas en las viviendas.

    Los antiguos daban el nombre de manes a las almas de los muertos que suponían errante de un lugar a otro a manera de sombras y a las cuales tributaban en ciertas ocasiones una especie de culto religioso. Los antiguos decían que eran hijos de la diosa Mania y Hesiodo supone que tuvieron por padres a los hombres que vivieron durante el siglo o edad de plata pero Bauier opina que su verdadero origen nació de la idea de que el mundo estaba lleno de genios, unos para los vivos, otros para los muertos: unos buenos y otros malos, etc. Los antiguos no tenían ideas enteramente estables o fijas relativas a los manes: así es que tan pronto los tomaban por las almas separadas de los cuerpos, tan pronto por los dioses infernales o simplemente por los dioses o los genios tutelares de los difuntos.

    De muchos autores antiguos resulta que estos atribuían o suponían a las almas de los difuntos una especie de cuerpos muy sutiles de la misma naturaleza del aire, pero no obstante, organizado y en disposición de ejercer varias funciones de la vida humana como ver, hablar, entender, comunicar, pasar de un lugar a otro, etc.

    Aunque los antiguos no deificaban todos los muertos, no obstante creían que todas las almas de los hombres de bien pasaban a ser una especie de divinidades, por cuya razón solían grabar sobre los sepulcros estas tres letras iniciales D. M. S. Dis manibus sacrum, consagrada a los dioses manes.

    El ciprés era el árbol consagrado a los dioses manes. Se les representaba en los monumentos unas veces sosteniendo un árbol funerario, otras dando hachazos y esforzándose en derribar un ciprés porque este árbol no da renuevos una vez cortado y para indicar que después que la muerte nos ha herido no debemos esperar renacer sino milagrosamente. El número nueve les estaba dedicado como el último término de la progresión numérica por cuya razón era mirado como el emblema del término de la vida. Las habas que según la creencia de los antiguos se parecen a las puertas de los infiernos, les estaban asimismo consagradas.

    El sonido del bronce y del hierro les era inaguantable y les ahuyentaba lo mismo que a las sombras infernales, pero la vista del fuego les era grata. Por esta razón, casi todos los pueblos de Italia solían poner en las urnas o sepulcros una lámpara. Las personas ricas dejaban en su testamento un caudal destinado para la conservación de estas lámparas y manutención de uno o más esclavos para cuidar de ellas. Era un crimen el mayor apagar estas lámparas que castigaban rigurosamente las leyes romanas lo mismo que a los que violaban el sagrado de los sepulcros. Sobre algunos monumentos antiguos los dioses manes son llamados tan pronto Dii sacri, dioses sagrados, tan pronto Dii patrii, dioses protectores de la familia.

Penates.



    Di Penates o en forma abreviada Penates eran, en la mitología romana, originalmente genios protectores del almacén del hogar. Posteriormente, se convierten en dioses de los hogares brindando protección a toda la casa (penates familiares o menores), existiendo también los protectores del estado (penates públicos o mayores). Estaban emparentados con los Lares, Genios y Larvae. Los Penates son mencionados por Propercio (iv.i).

    El nombre se deriva de penus, la despensa o almacén de la casa. Se encargaron, inicialmente, de proteger las despensas, para luego extenderse a toda la casa. Se les ofrendaba una parte de la comida diaria, que debía ser colocada en el corazón de la figura que los representaba.

    Los magistrados de la ciudad prestaban juramento ante los Penates públicos. Algunas veces los Penates eran representados como un par de jóvenes. En la colina Velia en Roma existía un templo dedicado a ellos.

Genio.



    Era el dios personal de cada hombre (el de las mujeres era la diosa Juno). Presidía las bodas y bajo su protección estaban el lecho conyugal y la unión sexual. Se le tributaba culto el día del cumpleaños de cada uno con una ofrenda sencilla: flores, incienso, vino, pasteles. La parte del cuerpo humano que les estaba consagrada de manera particular era la frente, de ahí la costumbre de tocarse la misma cuando oraban o juraban por su Genio. Se le representaba bajo la forma de una serpiente. Como en los casos anteriores, también las ciudades tenían su Genio privado, el de Roma era tan misterioso que ni siquiera se sabía con seguridad su sexo, por lo que se le invocaba siempre con la fórmula siue mas siue femina, "ya seas varón, ya seas hembra".

4 comentarios:

  1. Me encantó. Tiene esta entrada un montón de detalles desconocidos por mí. Me fascina leerte y encontrarme con este tipo de golosina para mi intelecto. Gracias Pedrete, muchas gracias :*)

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    1. El Panteón romano es que era extensísimo, Dioses mayores, menores, seres mitológicos, emperadores que eran proclamados Dioses al morir... Es un tanto complicado conocer todos los aspectos religiosos de esta cultura, son muchos los detalles que contiene.

      ¡Un besote enorme!

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  2. no tenia ni idea q existian los dioses domesticos!!!!!!!!! chico cada vez q te lo aumenta mi cultura! un besazo guapeton!!!!!!!!!!

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    1. Estos romanos es que tenían dioses para todo, apañaos que eran.

      ¡Un besote enorme!

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