domingo, 8 de septiembre de 2013

Jeanne Lanvin.

    Jeanne-Marie Lanvin (París, 1 de enero de 1867 – 6 de julio de 1946) fue una estilista y diseñadora de moda francesa. Considerada una de las grandes damas de la alta costura francesa, su estilo se caracterizó por su sencillez y por el empleo de suaves colores matizados, lo que dota a sus creaciones de una suerte de intemporalidad, y permite que estén, aún en nuestros días, en plena vigencia. Fundó la más antigua casa de moda parisina todavía en activo, la casa Lanvin.


    Jeanne Lanvin era la mayor de once hermanos de una familia humilde. Era hija de Bernard-Constant Lanvin, y Sophie Blanche Desyahes. Su abuelo Firmin Lanvin, que era tipógrafo, ayudó al escritor Victor Hugo a huir de París durante el golpe de estado del 2 de diciembre de 1851. Jeanne comenzó a trabajar a la edad de 13 años en la tienda de sombreros de “Madame Félix” en la Rue du Faubourg Saint-Honoré de París. Jeanne demuestra un gran interés desde el principio, pues ve en su aprendizaje la única vía de escape de un destino de miseria. Su valía es reconocida pronto, y enseguida es ascendida de ayudante a primera encargada en la producción de sombreros del taller. Y es aquí donde comienza a dejar volar su imaginación: corta, dobla, mezcla colores, añade plumas, cintas, flores... hasta fabricar delicadas creaciones que hicieron las delicias de las parisinas.

    A continuación entró en la sombrerería “Cordeau” que la envió a Barcelona, pero en 1885, a su regreso a París con 18 años, crea su propia sombrerería en la Rue du Fauborg, patrocinada por una cliente que ve un futuro prometedor en Jeanne, con el lujo incluido de una bicicleta para repartir sus encargos, reparto que efectuaba ella misma. Dos años más tarde, la empresa recién nacida ya da trabajo a sus hermanos pequeños. Frente a lo que suele ser habitual en el mundo de la moda, Jeanne rinde un verdadero culto a su familia, donde encuentra felicidad y fuerza para seguir adelante. La empresa sigue creciendo paso a paso, en la edad de oro del sombrero, cuando no se era nadie si se salía sin sombrero de casa.


    Como los actuales coolhunters, acude con su hermana a una carrera de caballos, para ver cuales eran las tendencias, y conoce allí al que sería su marido, el conde Di Pietro, casándose con él, un 20 de febrero de 1896. En 1903 se separaron cuando su hija Marguerite, llamada “Marie-Blanche” tenía la edad de seis años. Inspirada en su hija, Jeanne diseñó una colección infantil. Es esta niña, la que consigue, indirectamente, que Lanvin dé el paso de fabricar sombreros a diseñar colecciones enteras. La niña pasaba el día en el taller con su madre y las clientes quedaban maravilladas con los vestidos que lucía (diseñados por Lanvin). Animada por estas clientes, decide comenzar a diseñar y vender una línea para niños, de manera que Jeanne, volcada en el trabajo desde su fracaso matrimonial, se convirtió sin quererlo en creadora de moda infantil. Sus modelos, sueltos y de alegres colores, eran diametralmente opuestos a las miniaturas para adultos con que se vestía a los niños de la época, lo cual explica en parte el éxito obtenido. Dicha línea creció pronto a otra para jóvenes y esta a una para mujeres, y de ahí a vestir a toda la familia fue sólo un paso. Puede decirse que fue una de las primeras diseñadoras en segmentar el mercado y crear vestidos específicos para las jóvenes, pues consideraba que no debían llevar los mismos trajes que sus madres. Controlaba cada vestido que salía de su atellier, si no era de su gusto, lo echaba atrás, si estaba conforme, lo firmaba con una gruesa pluma azul.

    Desde 1901 apareció en el Anuario de la moda francesa, que reunía a los creadores. En 1907 se casó de nuevo, esta vez con Xavier Melet, un periodista que luego sería cónsul de Francia en el Reino Unido, con el cual Jeanne tuvo oportunidad de recorrer el mundo en numerosos viajes. En una de sus visitas a un museo italiano quedó extasiada ante el azul de una tela de Fra Angélico, y decidió convertir aquel tono en el color emblemático de su casa de modas, el "azul Lanvin". En 1909, la casa Lanvin, se convirtió en miembro de la Cámara sindical de alta costura (Chambre Syndicale de la Haute Couture).


    Cada día que pasaba se corría la voz sobre el pequeño atellier de Lanvin, donde se producían creaciones de un gusto infinito, que hicieron crecer su fama. Paso a paso, la trabajadora Lanvin de forma silenciosa, diseñaba, cosía, vendía, exportaba... de forma puntual e incansable creando piezas con un estilo indiscutible y un lujo calculado. Durante la I Guerra Mundial apenas paraliza su producción, si bien es cierto que como señal de respeto, sólo emplea tejidos "menos nobles", y colores "menos alegres". Lanvin tiende a atenuar los contornos, simplificar los volúmenes y las líneas, a desechar los motivos demasiado complejos. Su estilo, es un estilo ligero, fluido, exquisito, que concentra la esencia misma de la feminidad eliminando, poco a poco, cualquier artificio. Introdujo en la moda un nuevo tema: la juventud, pues con sus patrones sencillos e inocentes y sus colores vivos daba a las mujeres de cualquier edad un aspecto femenino y romántico.

    Es la primera diseñadora que crea un logotipo para su marca. Creado a partir de una fotografía tomada en un baile de disfraces en 1917, en ella se puede observar a una madre y su hija con las manos entrelazadas. Este logotipo aúna las dos pasiones de la diseñadora, la ropa y su hija.


    Siguiendo estos patrones creó, poco antes de la Primera Guerra Mundial, sus famosas robes de style, un tipo de vestido basado en modelos del siglo XVIII que se ha convertido en un clásico de la moda. En sí no era más que un vaporoso vestido tobillero, entallado y con falda ligeramente acampanada. El secreto de su permanencia -siguió llevándose hasta bien pasada la década de los años veinte- radica en que el concepto inicial supo adaptarse conforme transcurría el tiempos, claro exponente de lo cual es el hecho de que del recargamiento inicial de lazos y flores, propio de la belle époque, las robes de style se estamparan finalmente con motivos geométricos, merced a la influencia del cubismo. Al iniciarse la Primera Guerra Mundial creó un vestido camisero que marcará la línea de los años veinte, pues, en su sobriedad, se adecuaba perfectamente con el austero espíritu de posguerra. Otra de sus creaciones más famosas fue el conocido como "traje bretón de Lanvin", que consistía en una falda ligeramente fruncida y chaquetilla corta, con un gran cuello blanco sobre el que se abría un lazo rojo, todo ello completado con un sombrerito de paja. Siempre con un ojo puesto en el pasado, Lanvin se inspiró en la década victoriana para diseñar románticas prendas a las que, sin embargo, dio un toque de modernidad al dotarlas de bellos bordados (es de mencionar que su colección "Riviera", lanzada en el año 1921, incluía bordados aztecas, lo que fue absolutamente novedoso en la época). Otra de sus especialidades fueron los vestidos de noche de líneas orientales.

    Lanvin apreciaba enormemente los colores, su colección fetiche era el azul Lanvin, el rosa Polignac en honor a su hija y el verde Velázquez. Para conservar la exclusividad de sus colores, fundó su propio taller de tintados en Nanterre en 1923. A pesar de su amor por los colores, Jeanne se aficionó particularmente al negro, que consideraba como el color representante del “chic ultime” y que ella usó durante toda su vida.


    A partir de 1925, Jeanne Lanvin se lanzó al diseño de moda masculina y a la creación de perfumes. En dos años nacieron catorce aromas, entre los cuales cabe destacar IriséKara-Djenoun y Géranium d'Espagne (llamados así en recuerdo de sendos viajes a Egipto y a España), Chypre y Mon peché (Mi pecado). A pesar del éxito de público cosechado con estas creaciones, en buena medida debido al joven y talentoso perfumista André Fraysse, quien había ingresado en la Sociedad de Perfumes Lanvin en 1925, el mismo año que se lanzó Mi pecado, Jeanne no quedó demasiado satisfecha de los resultados; quería conseguir "una obra maestra" que pensaba dedicar a su hija. Así nació en 1927 Arpège (Arpegio), un sublime aroma floral de cuyo frasco se encargó el escultor Armand Rateau, quien creó la célebre bola negra de cristal que Paul Iribe decoró luego con oro, símbolo perfecto del Art déco, que fue otro de los emblemas de la casa Lanvin. La joven, apasionada de la música y del canto, cuando probó el perfume dijo que parecía un arpegio (arpège en francés). En 1926, Jeanne Lanvin es condecorada como Chevalier de la Légion d'Honneur (Caballero de la Legión de Honor).

    Tras la muerte de Jeanne en 1946, numerosos diseñadores continuaron desarrollando durante años artículos de moda para la casa Lanvin, incluyendo a su hija Marie-Blanche, que fue propietaria de la casa hasta su muerte en 1958, junto al modisto español Antonio Canovas del Castillo. Otros diseñadores han sido Giorgio Armani (1989) y Claude Montana (1990). Maryll Lanvin fue el último miembro de la familia en diseñar para la casa hasta el año 1989. El diseñador israelí americano, Alber Elbaz, es el encargado de la dirección creativa de la firma en la actualidad.


    Con el tiempo, los propietarios de la casa Lanvin han variado en diversas ocasiones. Hasta finales de los años 1980, la compañía fue propiedad de la familia, concretamente de Bernard Lanvin (sobrino-nieto de Jeanne) y su esposa Maryll. A principios de 1989, las necesidades económicas obligaron a Bernard a vender el 34% de las acciones al Midland Bank londinense. A mediados de ese año, el banco aumentó su participación hasta el 40%, retirando de su cargo de diseñadora a Maryll Lanvin. Su sucesor fue Claude Montana, aunque aún tuvo menos éxito. En 1990, Orcofi, miembro de la familia Louis Vuitton tomó el control del grupo y el fabricante de cosméticos L’Oreal compró el 50% del grupo que estaba fuertemente endeudado por la suma de 500 millones de francos. Hasta 1996 L’Oreal compró poco a poco todas las participaciones de Orcofi. En 1993 se renunció a la alta costura y la casa Lanvin se limita principalmente a las licencias comerciales y los perfumes.

    Jeanne Lanvin era una mujer reservada, poco habladora, son sus vestidos los que hablan por ella.


Fuentes: Wikipedia, Shopaholic, Estilo y Moda, MCN Biografías.

4 comentarios:

  1. otra gran lectura, una gran mujer dede luego!!!! me encanta ese " azul Lanvin" es precioso!un besazo guapeton!!!!!

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    1. ¡Hola Pilar!

      A mí lo que más me ha llamado la atención es el vuelo de las faldas para aquella época. Lo habitual en ese momento eran los vestidos muy rectos y sin forma, y esas faldas parecían las precursoras del New Look de Dior. El manejo del color por Lanvin fue proverbial también.

      ¡Un besote enorme!

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  2. me gusta...tu sigue con estos reportajes ¡....un besin

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    1. ¡Un millón de gracias! Ya tienes el de Madeleine Vionnet.

      ¡Un besote enorme!

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