Proyección posterior.
Cuando el rey murió en 1788, terminó
la historia del reformismo ilustrado en España, pues el estallido casi
inmediato de la Revolución francesa al año siguiente provocó una
reacción de terror que convirtió el reinado de su hijo y sucesor, Carlos
IV, en un periodo mucho más conservador. En seguida, la invasión francesa
arrastraría al país a un ciclo de revolución y reacción que marcaría el siglo
siguiente, sin dejar espacio para continuar un reformismo sereno como el que
había desarrollado Carlos III.
Entre los aspectos más duraderos de su
herencia quizá haya que destacar el avance hacia la configuración de España
como nación, a la que dotó de algunos símbolos de identidad (como los que en el
futuro se convertirían en su himno y su bandera nacionales) e incluso de una
capital digna de tal nombre, pues se esforzó por
modernizar Madrid (con la construcción de paseos y trabajos de
saneamiento e iluminación pública) y engrandecerla con monumentos (de su época
datan la Puerta de Alcalá, el Museo del Prado —concebido como
Gabinete de Historia Natural—, el hospital de San Carlos o la
construcción del nuevo Jardín Botánico, en sustitución del antiguo
de Migas Calientes) y con edificios representativos destinados a albergar
los servicios de la creciente administración pública. El impulso a los
transportes y comunicaciones interiores (con la organización del Correo como
servicio público y la construcción de una red radial de carreteras que cubrían
todo el territorio español, convergiendo sobre la capital) ha sido, sin duda,
otro factor político que ha actuado en el mismo sentido, acrecentando la
cohesión de las diversas regiones españolas. Estas son sólo algunas de las
razones por las cuales Carlos III fue conocido como el «mejor Alcalde de
Madrid».
Grandes armas de Carlos III con manto
real, cimera real de Castilla y el lema «A solis ortu usque
ad occasum» (Desde la salida del sol hasta el ocaso), origen de
la frase atribuida a Felipe II: «En mis dominios no se pone el
sol», haciendo referencia a que el sol nunca se ponía en los territorios
españoles, pues abarcaban los dos hemisferios. También se incluye la
palabra Santiago, en referencia al Santo Patrón de
España, Santiago el Mayor, y más concretamente al lema tradicional «Santiago
y cierra España». Fueron utilizadas por sus sucesores hasta 1931,
aunque en el siglo XIX cayó en desuso.
Fuentes: Wikipedia.
Fuentes: Wikipedia.
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