miércoles, 29 de agosto de 2012

El Palacio de Oriente. (I Parte).

Palacio Real de Madrid.



    El Palacio Real de Madrid es la residencia oficial del rey de España, utilizada fundamentalmente para ceremonias oficiales, ya que los Reyes residen habitualmente en el Palacio de la Zarzuela. Es el mayor palacio de Europa Occidental en cuanto a extensión, con 135.000 m² y 3.418 habitaciones. Alberga un valioso patrimonio histórico-artístico, los Stradivarius Palatinos y también colecciones muy relevantes de otras disciplinas artísticas como pintura, escultura y tapicería.

    Otra de las denominaciones empleadas para referirse al edificio es la de Palacio de Oriente. Este nombre se origina por la plaza a la que recae una de las balconadas del palacio, la plaza de Oriente, en la que también se encuentra el Teatro Real.

    El palacio fue levantado por orden del rey Felipe V sobre las ruinas del Real Alcázar, destruido por un incendio en 1734. Su construcción comenzó en 1738, según planos del arquitecto Filippo Juvara, modificados de manera notable por su discípulo Juan Bautista Sachetti. Francesco Sabatini se encargó de la conclusión del edificio, así como de obras secundarias de reforma, ampliación y decoración. Carlos III fue el primer monarca que habitó de forma continua el palacio.



    El último monarca que vivió en palacio de manera continua fue Alfonso XIII, aunque Manuel Azaña, presidente de la Segunda República, también habitó en el mismo, siendo por tanto el último Jefe de Estado que lo hizo. Durante ese periodo fue conocido como «Palacio Nacional». Todavía hay una sala, al lado de la Real Capilla, que se conoce por el nombre de «despacho de Azaña».

    El interior del palacio destaca por su riqueza artística, tanto en lo que se refiere al uso de toda clase de materiales nobles en su construcción como a la decoración de sus salones con obras de arte de todo tipo, como las pinturas de artistas de la talla de Caravaggio, Velázquez, Francisco de Goya y frescos de Corrado Giaquinto, Giovanni Battista Tiepolo o Anton Raphael Mengs. Otras colecciones de gran importancia histórica y artística que se conservan en el edificio son las de la Armería Real, porcelana, relojería, mobiliario y platería. Actualmente Patrimonio Nacional, organismo autónomo dependiente del Ministerio de la Presidencia, gestiona los bienes de titularidad pública puestos al servicio de la Corona, entre ellos el Palacio Real.

      Historia del edificio.



    El antecedente directo del Palacio de Oriente es el Real Alcázar, fortaleza levantada en el mismo solar donde hoy se alza la construcción barroca. Su estructura fue objeto de varias reformas —sobre todo la fachada—, pues el rey Enrique III de Castilla lo convirtió en una de sus más frecuentadas residencias, tras lo que el recinto obtiene el adjetivo de «real». Su hijo Juan II edificó la Capilla Real y varias dependencias. Sin embargo, durante la Guerra de Sucesión Castellana (1476) las tropas de Juana la Beltraneja fueron situadas en el alcázar, lo que ocasionó varios deterioros al edificio real.

    El emperador Carlos I mandó llevar a cabo una importante restauración del alcázar, empleando ya una arquitectura renacentista. Felipe II siguió con las obras contratando a artistas de Italia, Francia y los Países Bajos. Fue por entonces cuando se construyó la llamada Torre Dorada y la Real Armería, derribada en 1894. Felipe III, Felipe IV y Carlos II continuaron con este proyecto.

    Cuando llegó al trono Felipe V de Borbón en 1700 consideró que el antiguo alcázar era demasiado austero y estaba anticuado por lo que acometió nuevas reformas. La reina María Luisa Gabriela de Saboya por su parte y la Princesa de los Ursinos redecoraron las estancias al gusto francés.

    El palacio barroco.



    Filippo Juvara fue el encargado de dirigir los trabajos del nuevo palacio. El italiano ideó un monumental proyecto de enormes dimensiones, que no llegó a realizarse debido a la intempestiva muerte del artista. Juan Bautista Sachetti, discípulo de Juvara, fue elegido para continuar la obra de su maestro. Planteó una estructura de planta cuadrada centrada por un gran patio también cuadrado y resolviendo los distintos ángulos con cuerpos salientes.

    Fernando VII, que estuvo muchos años preso en el Castillo de Valençay, inició la más profunda remodelación del palacio en el siglo XIX. El objetivo de esta reforma era convertir el anticuado edificio construido a la italiana en un moderno palacio al estilo francés. Sin embargo, su nieto Alfonso XII se planteó convertir al palacio en una residencia al estilo victoriano. Las obras fueron dirigidas por el arquitecto José Segundo de Lema y consistieron en la habilitación de varias habitaciones, la sustitución de pavimentos de mármol por parqué y la adición de mobiliario de la época. Las restauraciones efectuadas durante el siglo XX tuvieron la misión de reparar los daños causados durante las guerras civiles padecidas por España, instalar o reinstalar nuevos conjuntos decorativos y sustituir los entelados de las paredes dañados por reproducciones fieles al original. Fue construida por Pere Vidal y con ayuda de Peter Whitel.

Fuentes: Wikipedia y Patrimonio Nacional.

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