jueves, 30 de agosto de 2012

El Palacio de Oriente. (II Parte).


    Exterior del palacio.



    La fachada principal de Palacio fue construida sobre un basamento almohadillado, sobre el que se eleva el cuerpo principal de la construcción, estructurado por pilastras toscanas de orden gigante entre las que se abren ventanas y balcones. El coronamiento del edificio, con una imponente balaustrada, se planificó con una serie de estatuas de santos y reyes, reubicadas en otros lugares bajo el reinado de Carlos III con el fin de dotar a la construcción de un aire más clasicista.

    La restauración de las fachadas en 1973, que repuso algunas esculturas, permitió apreciar el diseño trazado por Sachetti. En su día, el italiano dispuso catorce jarrones y ubicó en las esquinas las estatuas del tlatoani azteca Moctezuma II y del inca Atahualpa, obras de Juan Pascual de Mena y Domingo Martínez, respectivamente. Cerca de las columnas toscanas están representaciones de Flavio Honorio, Teodosio el Grande, Adriano y Trajano. Un medallón con figuras clásicas remata el conjunto.



    En la fachada meridional fueron dispuestas las estatuas de Felipe V, María Luisa Gabriela de Saboya e Isabel de Farnesio, así como la de Fernando VI y su esposa Bárbara de Braganza. A modo de remate, se sitúa un relieve que representa el Sol recorriendo el Zodiaco.

    Es muy destacable la intervención de Juan Domingo Olivieri y su taller, quienes labraron más de la mitad de las esculturas que ornaban el palacio en tiempos de Fernando VI. También fue autor de muchos motivos heráldicos, mascarones y otras figuras alegóricas, situadas en lugares menos destacados.

    Plaza de la Armería.



    En ella se encuentra la Catedral de Santa María la Real de la Almudena, cuya construcción fue patrocinada por el rey Alfonso XII para albergar los restos de su esposa María de las Mercedes de Orleans. Las obras de edificación del templo comenzaron en 1878 y concluyeron en 1992. Esta plaza limita hacia el oeste con los Jardines de Lepanto en la Plaza de Oriente.
Narciso Pascual Colomer, el mismo arquitecto que trazó la Plaza de Oriente, diseñó el trazado de la plaza en 1879, aunque no llegó a realizarse. La ejecución se produjo finalmente en 1892, según un nuevo proyecto del arquitecto Enrique María Repullés.

    Los antecedentes de esta plaza se remontan a 1553, año en que Felipe II ordenó levantar un edificio para alojar las caballerizas reales, reformado en 1670 por José del Olmo. La construcción sobrevivió hasta 1884, un incendio hizo imprescindible su derrumbe.



    El solar que hoy ocupa la plaza de la Armería fue usado durante muchas décadas como ante-plaza de armas. Sachetti intentó construir una catedral que rematara la cornisa del Manzanares, y Sabatini propuso unir dicho edificio con el Palacio Real, a fin de formar un solo bloque. Ambos proyectos fueron ignorados por Carlos III.

    Ángel Fernández de los Ríos propuso en 1868 la creación de un gran espacio arbolado que recorrería todo el contorno de la plaza de Oriente, con el propósito de dar una mejor vista al Palacio Real. Una década más tarde Segundo de Lema añadió una escalinata al diseño original de Fernández, lo que desembocó en la idea de Francisco de Cubas para dar más importancia a la incipiente iglesia neogótica de la Almudena, cuya construcción historicista y clásica armoniza con el estilo del Palacio Real.

    Plaza de Oriente.




    Se trata de una plaza rectangular de cabecera curvada, de carácter monumental, cuyo trazado definitivo responde a un diseño de 1844 de Narciso Pascual y Colomer. Uno de sus principales impulsores fue el rey José I Bonaparte, quien ordenó la demolición de las casas medievales situadas sobre su solar.

    La plaza de Oriente es de forma rectangular, si bien su cabecera, situada al este, se cierra formando una curva, presidida por el Teatro Real. Pueden distinguirse tres grandes cuadrantes: los jardines centrales, los Jardines del cabo Noval y los Jardines de Lepanto.



    Los jardines centrales están dispuestos alrededor del monumento a Felipe IV, en forma de cuadrícula, siguiendo el modelo barroco de jardinería. Están conformados por siete parterres, poblados por setos de boj, formas de cipreses, tejos y magnolios de pequeño tamaño, así como por plantaciones florales, de carácter temporal. Se encuentran delimitados a ambos lados por sendas hileras de estatuas que actúan como línea de división de los otros dos cuadrantes.

    La plaza alberga una colección escultórica de veinte reyes españoles, correspondientes a cinco visigodos y a quince monarcas de los primeros reinos cristianos de la Reconquista. Estas estatuas, realizadas en piedra caliza, se distribuyen en dos hileras, que surcan el recinto en dirección este-oeste, a ambos lados de los jardines centrales. Conocidas popularmente como los «reyes godos», marcan la línea de división entre el cuerpo central de la plaza y los Jardines del cabo Noval, al norte, y de Lepanto, al sur. El grupo de estatuas forma parte de una serie dedicada a todos los monarcas de España, mandada hacer para la decoración del Palacio Real de Madrid durante el reinado de Fernando VI. Se ejecutaron entre 1750 y 1753.

    Jardines del Campo del Moro.



    Estos jardines deben su nombre a que supuestamente en este lugar acamparon las tropas del caudillo musulmán Alí ibn Yúsuf en 1109 durante un intento de reconquista de la plaza de Madrid. Las primeras obras para acondicionar la zona se deben a Felipe IV, durante cuyo reinado se construyeron fuentes y se plantaron diferentes tipos de vegetación, aunque el aspecto general del lugar siguió bastante descuidado. Durante la construcción del nuevo palacio se realizaron diversos proyectos de ajardinamiento basados en los jardines del Palacio de la Granja, pero no se llegó a realizar nada por la falta de fondos, no siendo hasta el reinado de Isabel II en que se comienza un ajardinamiento más serio. En esta época se diseña un gran parque de tipo romántico y se instalan fuentes traídas desde el palacio de Aranjuez. Con la caída de Isabel II los jardines sufren un periodo de abandono y descuido en el que se pierde una parte del diseño y no es hasta la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena cuando se inician una serie de obras de recuperación, otorgándole el diseño actual, que sigue el trazado de los parques ingleses del siglo XIX.

    De forma ocasional a lo largo de su reinado, como por ejemplo para celebrar su onomástica el día de San Juan, el rey Juan Carlos ha celebrado recepciones y cenas de gala en estos jardines durante los meses de verano.

    Jardines de Sabatini.



    Situados en la parte norte, entre el Palacio Real, la calle de Bailén y la cuesta de San Vicente. De diseño francés, son unos jardines de carácter monumental, creados en los años treinta del siglo XX. Reciben la denominación de Sabatini debido a que en este lugar se ubicaron las caballerizas construidas por este arquitecto para servicio del Palacio. Estos jardines están adornados con un estanque a cuyo alrededor se sitúan algunas de las estatuas de los reyes españoles que en un principio estaban destinadas a coronar el Palacio Real. Situadas de modo geométrico entre sus paseos, se encuentran varias fuentes.

    El gobierno republicano ordenó la incautación de diferentes bienes de la Familia Real Española, entre ellos éste, cediéndolo al Ayuntamiento de Madrid para poder levantar un parque público. El proyecto fue adjudicado al arquitecto zaragozano Fernando García Mercadal tras resultar ganador en el concurso convocado. En 1972 se reformaron los jardines, construyéndose las escaleras monumentales.

Fuentes: Wikipedia y Patrimonio Nacional.

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