domingo, 2 de septiembre de 2012

El Palacio de Oriente. (V Parte).


    Salón de Gasparini.



    Fue realizado durante el reinado de Carlos III y está considerado uno de los más hermosos salones del palacio y ha llegado hasta nuestros días prácticamente sin ningún retoque. Por diferentes motivos se tardaron alrededor de cuarenta años en la conclusión del programa decorativo.

    Era el lugar donde el rey se vestía en presencia de la corte, según la costumbre de la época. Su decoración, realizada por Matías Gasparini, presenta grandes originalidades del tipo chinoiserie en estilo rococó. Los muebles, el suelo de mármol y el tapizado de las paredes se diseñaron como un conjunto. En fecha reciente, la seda de las paredes hubo de sustituirse por su mal estado, si bien sus bordados se cosieron laboriosamente sobre el nuevo tejido.

    Cabe destacar el reloj situado sobre la chimenea, obra de Pierre Jacquet Droz, con autómatas vestidos a la moda del siglo XVIII que bailan cuando, al dar las horas, un pastor sentado toca la flauta.

    Saleta de Porcelana.



    Fue construida en época de Carlos III, influenciado por las construcciones similares que llevó a cabo como rey de Nápoles y Sicilia, especialmente en el Palacio Real de Caserta. Para su construcción se colocaron bastidores donde habrían de sujetarse las porcelanas. El proyecto decorativo, de estilo tardo-barroco clasicista, estuvo a cargo de Juan Bautista de la Torre y Jenaro Boltri.

    La sala posee varias decoraciones fijas y una mesa de nogal, así como espejos azogados con un leve matiz verdoso que armonizan con el resto del espacio. Veinte años después de la decoración original, Sabatini colocó estuco azul a lo largo del salón, así como varios jarrones de bronce procedentes de la colección del Palacio del Buen Retiro.

    El pavimento de esta saleta es uno de los más bellos elementos decorativos ideados por Gasparini. Está compuesta por una elegantísima taracea de mármoles de colores y en invierno se cubría con alfombras de lana que simulaban los motivos representados por la loza.

    Salón de Espejos.



    Es un salón de estilo neoclásico que era usado como tocador por la reina María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV, reinado durante el cual fue concebido y decorado, se trata de uno de los salones más bellos del palacio. A ello contribuyen los zócalos de mármol rosado y los paramentos de las paredes, cubiertos de una fina ornamentación de estuco en la que predomina el blanco y el azul. Los grandes espejos que dan nombre al salón están guarnecidos en oro y azul, coronados por estucos blancos sobre fondo azul y rodeados con decoración de motivos vegetales.

    Cabe destacar el velador central, de caoba y bronce dorado, realizado por Thomire en 1788. En tiempos de Alfonso XIII esta sala era utilizada como salón de música. La estancia también contiene una estatua en mármol que representa a la infanta María Cristina de Borbón y Battenberg, hija de Alfonso XIII, cuando era niña.

Fuentes: Wikipedia y Patrimonio Nacional.

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