martes, 23 de octubre de 2012

Cristóbal Balenciaga.


    Hubert de Givenchy, presidente de patronato de la Fundación Balenciaga, dijo de él: "Balenciaga fue el creador del arte de la alta costura. Elegante en su vida y en su obra, su pasión por la vida le llevó a convertirla en arte. Cada una de sus creaciones tuvo siempre algo de escultura, de música y de pintura, expresadas en trajes de impecable y serena armonía".



    Cristóbal Balenciaga Eizaguirre (Guetaria, Guipúzcoa, 21 de enero de 1895 - Jávea, Alicante, 23 de marzo de 1972), más conocido simplemente como Balenciaga, fue un prestigioso diseñador de moda español. Maestro entre maestros, es considerado uno de los creadores más importantes de la alta costura, que desempeñó su trabajo principalmente en la ciudad de París durante más de tres décadas. Anteriormente tuvo una formación de sastre y diversas marcas propias en España. Contemporáneo de Coco Chanel y Christian Dior, es el modisto de alta costura español más importante de la historia.

    Cristóbal Balenciaga Eizaguirre nació en Getaria el 21 de enero de 1895, en un humilde domicilio situado en el número diez de la calle Zacayo, hoy llamada Aldamar. Hijo de José Balenciaga Basurto y Martina Eizaguirre Embil, su padre era marinero y su madre costurera, y ambos trabajaban con ahínco para sacar adelante a su joven familia. Tras la muerte de José en 1906, Martina hubo de intensificar su trabajo y, a los encargos que realizaba para algunas familias importantes de la zona, entre las que destacaba la de los marqueses de Casa Torres, se sumaron las clases de costura que impartía a las jóvenes de la localidad en su propio domicilio. El joven Cristóbal daría sus primeras puntadas de mano de su madre, antes de establecerse en San Sebastián como aprendiz en una de las mejores sastrerías de la capital guipuzcoana.



    Lo que a primera vista se presenta como un entorno poco favorable para la formación de un niño y su introducción en el sofisticado mundo de la alta costura, se revela mucho más complejo e interesante una vez se profundiza en el ambiente que rodeó a Cristóbal Balenciaga en su Getaria natal. Lo cierto es que Cristóbal vivió unas excepcionales circunstancias desde su infancia de la mano de sus padres y de las relaciones que se derivaban de sus respectivos trabajos, teniendo un natural y temprano acceso al refinamiento y a los gustos propios de las clases privilegiadas que marcarían de manera determinante su personalidad y genio creativo.




    Ya de pequeño soñaba con ser modisto, y pasaba las horas muertas dibujando los diseños de las grandes agujas de la época. Se inicia en la costura de la mano de su madre Martina Eizaguirre que trabaja como costurera para importantes familias de la zona entre las que destaca la de los marqueses de Casa Torres. Gracias a su madre se introdujo en la vida de los marqueses de Casa Torres, una aristocrática familia que veraneaba en su palacete de Getaria llamado “Vista Ona” y que le abrió los ojos a un mundo totalmente distinto del que compartía con sus amigos y familiares. En Vista Ona se le presentó la oportunidad de admirar su forma de vida, sus gustos artísticos e intelectuales, y lo que era más importante para él, su exclusivo guardarropa. Junto a Martina, tuvo acceso a lo más representativo y exquisito de la moda de fines del siglo XIX y principios del XX, y conoció los cortes, los tejidos y los diseños de los mejores sastres ingleses y modistos parisinos de la época, lo que sin duda constituyó una excelente y temprana introducción al mundo de la moda. Todo ello ocurría en un momento en el que San Sebastián orientaba gran parte de su actividad económica hacia el fomento de un veraneo de élite, que no solo afectaba a la capital, sino también a otras localidades costeras del territorio, entre las que destacaba la villa de Zarautz, a apenas 5 kilómetros de Getaria, y donde se reunían algunas de las familias nobiliarias más destacadas del país. En este proceso desempeñó un papel determinante el llamado veraneo regio, promocionado por la reina regente María Cristina e imitado por la Corte. De sus modos, modas y de los actos en los que participaban tuvo también noticia Cristóbal Balenciaga a través de su padre. Como patrón de la escampavía Guipuzcoana, una pequeña embarcación que realizaba funciones auxiliares para la familia real durante el verano, José Balenciaga trasladaba a los miembros de la familia real y la Corte en sus excursiones y salidas de recreo por el territorio, así como en sus desplazamientos por la bahía de La Concha. Desde su modesta posición, conoció a la reina, y a sus hijas y damas, y pudo trasladar estas experiencias a su hijo más joven. Cristóbal tuvo la oportunidad de verlo con sus propios ojos y de admirar los rígidos, aunque magníficos, atuendos de la reina y de sus damas. 



    Cuenta la leyenda que, siendo un chaval de 13 años, Cristóbal Balenciaga quedó extasiado ante la elegancia de la marquesa de Casa Torres, vecina de Getaria, y que ésta, conmovida ante la ilusión del muchacho por aprender el noble oficio de la aguja, le envió a casa un pedazo de tela y uno de sus más exclusivos trajes para que lo copiara y pudiera así demostrar sus dotes. Ni que decir tiene que el joven salió airoso de la prueba y que la marquesa, madre de la que sería futura reina Fabiola de Bélgica, desde entonces se convirtió en su mecenas. El exquisito gusto de la marquesa y su espléndido guardarropa, adquirido en los mejores establecimientos de París y Londres, introducen al joven Cristóbal en un mundo de refinamiento propio de las élites culturales europeas.



    Podríamos decir que la infancia y los primeros años de adolescencia de Cristóbal Balenciaga en Getaria fueron determinantes para la formación personal y orientación profesional del futuro modisto. Hoy se le rinde homenaje allí donde  Balenciaga decidió dedicarse al oficio de la costura durante el resto de su vida.

    En 1907 se traslada a San Sebastián e inicia su período de aprendizaje como sastre en algunos de los mejores establecimientos del momento, como Casa Gómez y New England. En 1911 comienza a trabajar en los Grandes Almacenes Au Louvre de San Sebastián, y en solo dos años es nombrado jefe de taller de confecciones para señora. Su trabajo en Au Louvre le proporciona la oportunidad de conocer París y las grandes casas de costura de la capital internacional de la moda. En 1914 se traslada a Burdeos donde trabaja en una conocida casa de modas propiedad de unos amigos. 



    Tras un decisivo viaje a París (estancia financiada por la marquesa de Casa Torres), Balenciaga comenzó su carrera en serio, en el mundo de la moda. Tres años más tarde, en 1917, establece su propia casa denominada C. Balenciaga en el número 2 de la calle Vergara de San Sebastián. En 1918 se asocia con las comerciantes donostiarras Benita y Daniela Lizaso, inyectando así nuevo capital en la empresa, y en 1919 constituye formalmente, junto a las hermanas Lizaso, la sociedad Balenciaga y Compañía por un período de seis años (iniciado en enero de 1918). La nueva empresa permanece en la calle Vergara. Posteriormente en 1924, disuelta la sociedad Balenciaga y Compañía, se establece en solitario con el nombre Cristóbal Balenciaga en el número 2 de la avenida de la Libertad. La reina María Cristina y la infanta Isabel Alfonsa se hacen clientas de Cristóbal Balenciaga, siguiéndoles otras damas de la familia real y la Corte.



    En 1927 funda una nueva empresa dedicada a la alta modistería tradicional con el nombre de Eisa Costura, sita en el número 10 de la calle Oquendo de San Sebastián. El nuevo establecimiento coexiste con el salón de alta costura de la Avenida.  La proclamación de la Segunda República en 1931, provoca el exilio de la clientela más distinguida de Cristóbal Balenciaga, que verá drásticamente mermada su actividad de alta costura. El modisto se ve obligado a replantear su negocio. En 1932 abre un nuevo establecimiento de modistería llamado B. E. Costura en la capital guipuzcoana, en la calle Santa Catalina. En 1933, al cese de la actividad de Eisa Costura y B. E. Costura, Balenciaga funda un nuevo establecimiento bajo el nombre de EISA B. E. Costura, en el primer piso del número 2 de la avenida de la Libertad. La firma Cristóbal Balenciaga se traslada al segundo piso del mismo edificio. Abre una sucursal en Madrid, en la calle Caballero de Gracia, 42, a la que en 1935 seguirá una tercera en Barcelona situada en el número 10 de la calle Santa Teresa. Pero los ojos de Balenciaga estaban puestos en París, donde abrió otro atelier en 1937 y, desde donde sus volúmenes y el corte casi arquitectónico de sus prendas que le habían hecho famoso en España, se asomaron al mundo para deslumbrarlo.



    Con el estallido de la Guerra Civil, abandona el país y se establece en París. Cesa temporalmente la actividad normal de sus tres casas de San Sebastián, Madrid y Barcelona. En julio de 1937 constituye la sociedad BALENCIAGA junto a Nicolás Bizcarrondo y Wladzio d´Attainville. El 5 de agosto presenta, con gran éxito, su primera colección de alta costura en el 10 de la Avenue George V de París. En 1938 cambia la denominación de su establecimiento de San Sebastián, que pasa a llamarse Eisa Costura. Las casas de Madrid y Barcelona adoptarán el nuevo nombre tras el fin de la Guerra Civil, en 1941 y 1942 respectivamente. Balenciaga presenta una colección de profunda influencia historicista con claras reminiscencias de la moda del siglo XVII y el Segundo Imperio francés. El éxito de sus vestidos «Infanta» es arrollador. En la década de los 40 las creaciones de Balenciaga presentarán además reminiscencias de la indumentaria tradicional e histórica española, sobre todo, a través de su soberbio empleo de ricos bordados y pasamanería en espectaculares modelos de noche. Si en 1939 presentaba una línea de hombros caídos, de cintura pinzada y caderas redondas (un estilo que anticipaba el new look de Dior de 1947) años después se permitió el lujo de reinventar la silueta femenina con sus vanguardistas vestidos saco, las mangas tres cuartos, las faldas balón, el talle alto, las caídas en forma de túnica, y la manga murciélago, formas todas ellas sostenidas gracias a su magistral tijera y adornadas con grandes botones.



    Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Balenciaga participa en el «Théâtre de la Mode», una exposición itinerante de muñecas-maniquíes vestidas de alta costura por los mejores creadores de París que recorrerá Europa y América. Fue un esfuerzo colectivo dirigido a reivindicar el papel de la capital francesa como centro internacional de la moda.

    En 1947 nace el primer perfume de la Casa Balenciaga con el nombre Le Dix y Balenciaga presenta la línea denominada tonneau o barrol, iniciando una interesante etapa de experimentación del volumen en torno al talle y en la espalda. En 1951 Balenciaga opta de nuevo por la fluidez y huye de las encorsetadas figuras imperantes desde 1947. Siguiendo los principios que guiaron la línea barril, introduce el traje semientallado, caracterizado por su volumen en la espalda que contrasta con el talle ajustado en el frente.



    Es a partir de los años 50 cuando empieza a ser reconocido y despliega toda su creatividad. En 1955 nace Quadrille, el tercer perfume de la Casa y Balenciaga presenta la túnica, un vestido en dos piezas de líneas rectas y depuradas que envuelve el cuerpo sin oprimirlo. A la túnica le sigue en 1957 el vestido saco, un paso más en la evolución que comenzó con la línea barril en 1947. Sus creaciones de líneas puras y fluidas continúan revolucionando la moda del momento. Será en 1958 cuando presente el vestido baby doll, caracterizado por la sencillez de su silueta trapezoidal que elimina el talle, y los vestidos de cola de pavo real, más largos por detrás que por delante. Abraham crea para el modisto el gazar, un tejido de propiedades escultóricas apto para sus creaciones cada vez más conceptuales. El Gobierno francés le otorga el título de Chevalier de la Légion d’honneur por sus servicios a la industria de la moda. La prensa internacional lo consagra como «el Maestro» y el «Rey de la alta costura».



    Sin embargo Balenciaga tuvo problemas durante su apogeo. En un principio se negó a unirse a la Chambre Syndicale de la Haute Couture debido a que rechazaba sus exigencias, pero al poco se unió al sindicato. En 1956, decidió separarse del calendario oficial de desfiles acordado por la Chambre Syndicale de la Haute Couture y comenzó a presentar sus colecciones a la prensa justo antes de enviarlas a sus clientes para evitar copias y ganar en visibilidad, por lo que es expulsado de la cámara. Desde entonces sus diseños a pesar de ser alta costura no lo fueron en el sentido legal, así que para la Chambre Syndicale de la Haute Couture, Balenciaga nunca creó Alta Costura.

    Balenciaga definió la profesión de modisto como sigue:

Un buen modisto debe ser: arquitecto para los patrones, escultor para la forma, pintor para los dibujos, músico para la armonía y filósofo para la medida.




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