domingo, 14 de abril de 2013

Vestuario civil romano.

Introducción.

    Desde los inicios hasta el final del imperio, la vestimenta romana fue muy sencilla, compuesta por dos o tres prendas además del calzado. Estas prendas variaban en el material, el nombre y las formas, y apenas se alteraron desde la república al imperio. El contacto con griegos y etruscos provocó la influencia en la forma de vestir con ropajes bellos y dinámicos. A diferencia de la actualidad, entre la vestimenta tanto de hombre como de mujer, había poca diferencia. Sin embargo si un hombre vestía muy similar a las mujeres se le consideraba afeminado. Según los autores clásicos podemos clasificar las prendas en:

  • indutus, las interiores.
  • amictus, las exteriores.
    En los primeros tiempos, se reducían las prendas a la túnica, semejante al quitón de los griegos y a la toga propia y exclusiva de los ciudadanos romanos, que por ello se llamaban gens togata, mientras ellos decían de los griegos gens paliata. A veces, llevaban otra túnica interior, denominada subúcula, equivalente a nuestra camiseta, y la superior solía ceñirse con un cinturón llamado cingulum o cinctus, cerrado con broche o fíbula.


    La vestimenta romana  sufrió una progresión a través de las diferentes épocas en las que su manera de vestir se asemejaba a la de otros pueblos. Existió un periodo greco-romano que marcó la transición entre el modo de vestir de la Grecia heroica y la constitución del Imperio Romano. Desde la fundación de Roma por Eneas, de acuerdo con Virgilio, la nueva República adoptó muchas de las representaciones griegas. Esta imitación no solo se constituyó mediante los antiguos dioses griegos que tomaron nombres romanos, sino en otros aspectos, como por ejemplo, los trajes, que marcaron el cambio de una cultura a otra. Esta comparación y cambio pudo establecerse a través de las esculturas y pinturas de la época. Por ejemplo, Juno (Hera para los griegos) era representada con un traje jonio y sosteniendo el cetro. Entre las damas de mayor jerarquía también podía observarse un enorme velo cubriéndola a modo de virgen griega.

    Luego, en pleno apogeo de Roma, la toga constituyó la prenda principal. Su uso era civil ya que para el ejército se sustituyó por un manto o capa más larga. La toga era una amplia vestidura de lana o lino, de corte elíptico. Al llevarla, se recogía por los pliegues del lado derecho y se echaban terciados hacia el hombro izquierdo. Su color era generalmente blanco (albacándida), sobre todo, en los que aspiraban a la magistratura; de donde se derivó el nombre de candidatos que hoy está en uso en nuestra lengua. Los niños y los magistrados llevaban una toga adornada con tiras de púrpura (trabea,toga praetexta). Los conquistadores en su entrada triunfal vestían la toga con bordados de palmas de oro (toga palmata). Los emperadores ostentaban la toga hecha completamente de púrpura (toga purpurea) o con bordados de oro (toga picta). La utilización de la toga en tiempos del Imperio era un símbolo de estatus, sólo los ciudadanos podían llevarla y los trabajadores en días festivos. Sin embargo, estaba prohibida a los esclavos y a cualquier hombre que hubiese perdido sus derechos de ciudadano o que no los tuviera.


    En el caso de las mujeres, la principal prenda de vestir era la palla. En ocasiones podía colocarse alrededor de la cabeza, con el rostro al descubierto, cuya extensión no era muy larga; el objetivo era que se viera por debajo la instita o estola. Ésta se usaba sobre una especie de blusa y quedaba recogida por dos cordones o cinturones, uno cruzado por debajo del seno y el otro rodeando las caderas.

    El cuidado del cabello también era importante: los tocados eran varios, entre ellos, pelucas, peinetones con piedras preciosas, para las mujeres de los emperadores, velo de origen griego, rodeando la cabeza y cubriendo la parte baja del rostro y dejando al descubierto ojos y nariz.

    Durante los días del Imperio Romano existió una mayor preocupación por la higiene corporal, respecto a otras culturas de la antigüedad. Los romanos se dedicaron de una forma muy especial al cuidado de su cuerpo, solían teñir su cabello, usar cosméticos y pastas de color, rasuraban el vello y, si su posición se lo permitía, cubrían, brazos y cuello, con las más exquisitas joyas…

    Al terminar el primer siglo del imperio romano, se aumentaron y modificaron las piezas del indutus, admitiendo la túnica con mangas omanicata y la túnica ancha y sin el hombro derecho (exomis) para esclavos y pastores y algo también los calzones o bragas (bracae), imitando a los persas, galos y otros pueblos del Norte. La pieza más destacada del amictus que empezó a cundir a finales del Siglo I fue la penula, manto cerrado o cosido también por delante que adoptaban los viajeros para abrigo y defensa de la lluvia (penula viatoria) e incluso los nobles quienes lo llevaban largo y de tela preciosa con adornos de franjas y bordados. Se llamó también planeta con significado de errante porque giraba alrededor del cuerpo sin fijación y como carecía de mangas para hacer uso de los brazos con esta vestidura debían levantarse por los lados hasta los hombros. Se añadió también a las vestiduras exteriores (a la vez que se abandonaba la toga por casi todos) el gabán o capa llamada lacerna, abierta por delante y sujeta con broche o fíbula y la alícula, especie de esclavina, todo lo cual era rico y espléndido entre la gente poderosa.

Los tejidos. 


    Al igual que los griegos, la lana y el lino eran los materiales utilizados por los romanos para elaborar sus vestimentas. El algodón también se usaba pero en menor medida. La lana era la más utilizada por su fácil disponibilidad y tratado lo que la hacía muy barata. Las esclavas también las tejían en las domus o villas patricias, pero lo más habitual era que se elaborasen en talleres especializados. Otro material era la seda, traída de oriente y solo asequibles para los patricios más ricos. El cuero y las pieles estaban dedicados especialmente a la elaboración de calzado aunque también estaban reservadas para un ambiente más rural.
Los tejidos eran coloreados con tintes naturales, por ejemplo de la rubia roja (rubia tictorum) extraían el rojo, el naranja o el amarillo del azafrán, el negro del hollín. Pero quizás el color más carao sería el púrpura, extraído de un molusco llamado múrice. Para producir un gramo de púrpura, se necesitaban alrededor de 9000 moluscos, por lo que su huso se limitaba a artículos de lujo.

El calzado.



    El calzado más común entre los romanos era la sandalia (solea) atada con unas correas (corrigia) constituyendo el conjunto la caliga. Pero se usaba también el calceus, especie de zapato con algunas variedades y que llevaban los senadores y otros magistrados (éstos, de color rojo y aquéllos, negro) y el campagnus o bota más grande, propia también de nobles. El coturno estaba de uso entre los romanos, lo mismo que entre los griegos.

Sobre la cabeza.



    Los tocados eran comunes entre los marineros, pescadores y artesanos. Eran una especie de manta que se llevaban sobre el cabello y sin atar para dejar éste al descubierto. Los bonetes frigio y griego tenían forma ovalada, simbolizaban al romano libre. Para cubrir la cabeza, servía en ocasiones dadas una orilla o pliegue de la toga pero lo más habitual era el cucullus o capuchón, el birrete o gorro (pileusgalerus) y el sombrero. Se llevaba el cucullus adherido a otra pieza, como la penula o la capa, ya formando parte de ella (llamada entonces la capa bardocuculo), ya de modo que pudiese quitarse y ponerse a voluntad. Y en cuanto al sombrero, solía hacerse de fieltro y de grandes alas (causia) o de alas más reducidas (petasus). En los actos solemnes, sin embargo, fue costumbre ir con la cabeza descubierta, menos el sacerdote al ofrecer un sacrificio, que siempre iba cubierto con algún pliegue de la toga.

Otros complementos.



    La gente de toda clase o condición usaban pañuelo de bolsillo, conocido con los nombres demanipulumsudarium y mapula, y otro mayor para el cuello y hombros, llamado amictusorarium ypalliolum. Como adornos de los vestidos exteriores eran muy frecuentes en personas de ambos sexos las tiras de púrpura o de otro color, bordadas y aplicadas de arriba abajo, que se llamaban clavi oclavus, distinguiéndose en angusticlavi y laticlavi, según que fuesen estrechas o anchas y además loscalliculae o rodajas y florones de tela de color y bordada, que se aplicaban sobre la túnica o vestido en puntos diferentes.

    El traje de los españoles durante la dominación romana fue exclusivamente romano, hasta que a principios de la Edad Media se modificó algo por los godos y bizantinos. Solían tener un tocado llamado melo.


Fuentes consultadas:

·         Wikipedia: Indumentaria (Roma Antigua)
·         El tejido en época romana. C. Alfaro.
·         Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen.  Jared Diamond.
·         Roma antigua y moderna. Mary Lafón.

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