En la Europa victoriana
prevalecía la idea de que el hombre era más fuerte e inteligente que la mujer,
por lo que le estaba reservado el dominio del mundo de la acción y de las
ideas: viajes, descubrimientos, política, ciencia, arte. El espacio de la mujer
era el hogar y ella debía someterse al varón. Alterar ese orden, decían
entonces, era ir contra la ley de Dios y contra la naturaleza misma.
Entre los nobles, el varón era,
además, el heredero de los títulos aristocráticos; entre la clase burguesa era
el llamado a dirigir los negocios familiares y en el resto de los profesionales
liberales, como abogados o médicos, se suponía que iba a seguir los pasos del
padre y a dirigir, al faltar éste, su gabinete. Así pues, al varón le estaban
reservados todos los recursos de las familias en materia de educación; era el
hijo el que cursaba estudios secundarios y universitarios y el hecho de que
alguna de las hijas fuera más inteligente o estuviera intelectualmente mejor
dotada ni siquiera se tomaba en consideración.
Sin embargo, el hecho de ser el
sexo privilegiado de la época no eximía al varón de sus obligaciones; y éstas
no eran precisamente pocas ni fáciles de cumplir. Se esperaba de él que
cumpliera sus deberes sin una queja; que protegiera a su esposa y a sus hijos,
que desempeñara el papel de padre de familia y esposo con toda dedicación y que
les atendiera no sólo en el plano material sino también, y sobre todo, en el
espiritual. Estaba mal visto que se divirtiera más de la cuenta y que le
gustaran la bebida o el juego. El hombre de la era victoriana debía ser un
dechado de virtudes, o, por lo menos, estaba obligado a aparentarlo.
Sin embargo, en aquella sociedad
se alzaban voces contra esta manera de ocultar el verdadero ser de muchas
personas en aras de las apariencias, de lo que se podría llamar hipocresía
social. El movimiento romántico, por ejemplo, que promulgaba la búsqueda de la
belleza y rechazaba lo vulgar, se rebelaba contra el cerrado ambiente de las
familias victorianas y buscaba un mundo regido por los principios de la
libertad individual.
Me podrías decir donde obtuviste ese retrato? Me parece muy conocido ( no publico, sino que a mi me parece conocido)
ResponderEliminarSaludos
GRacias