jueves, 25 de julio de 2013

El caballero victoriano.

    En la Europa victoriana prevalecía la idea de que el hombre era más fuerte e inteligente que la mujer, por lo que le estaba reservado el dominio del mundo de la acción y de las ideas: viajes, descubrimientos, política, ciencia, arte. El espacio de la mujer era el hogar y ella debía someterse al varón. Alterar ese orden, decían entonces, era ir contra la ley de Dios y contra la naturaleza misma.


     Entre los nobles, el varón era, además, el heredero de los títulos aristocráticos; entre la clase burguesa era el llamado a dirigir los negocios familiares y en el resto de los profesionales liberales, como abogados o médicos, se suponía que iba a seguir los pasos del padre y a dirigir, al faltar éste, su gabinete. Así pues, al varón le estaban reservados todos los recursos de las familias en materia de educación; era el hijo el que cursaba estudios secundarios y universitarios y el hecho de que alguna de las hijas fuera más inteligente o estuviera intelectualmente mejor dotada ni siquiera se tomaba en consideración.

    Sin embargo, el hecho de ser el sexo privilegiado de la época no eximía al varón de sus obligaciones; y éstas no eran precisamente pocas ni fáciles de cumplir. Se esperaba de él que cumpliera sus deberes sin una queja; que protegiera a su esposa y a sus hijos, que desempeñara el papel de padre de familia y esposo con toda dedicación y que les atendiera no sólo en el plano material sino también, y sobre todo, en el espiritual. Estaba mal visto que se divirtiera más de la cuenta y que le gustaran la bebida o el juego. El hombre de la era victoriana debía ser un dechado de virtudes, o, por lo menos, estaba obligado a aparentarlo.


    Sin embargo, en aquella sociedad se alzaban voces contra esta manera de ocultar el verdadero ser de muchas personas en aras de las apariencias, de lo que se podría llamar hipocresía social. El movimiento romántico, por ejemplo, que promulgaba la búsqueda de la belleza y rechazaba lo vulgar, se rebelaba contra el cerrado ambiente de las familias victorianas y buscaba un mundo regido por los principios de la libertad individual.

1 comentario:

  1. Me podrías decir donde obtuviste ese retrato? Me parece muy conocido ( no publico, sino que a mi me parece conocido)
    Saludos
    GRacias

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