jueves, 6 de septiembre de 2012

El Palacio de Oriente. (IX y última parte).


    Colecciones.

    El Palacio Real de Madrid custodia una gran y variada cantidad de colecciones artísticas de la más diversa índole, desde cuadros y esculturas hasta los tarros de la Real Farmacia. Debido a la falta de espacio, muchas de estas obras de arte permanecen almacenadas, por lo que en la actualidad, entre la Plaza de la Armería y la cercana Catedral de la Almudena, se está construyendo, según un proyecto de los arquitectos Mansilla y Tuñón, el Museo de Colecciones Reales. Dicho edificio, que será en parte subterráneo, albergará de manera rotatoria estas colecciones, las más significativas de las cuales son las siguientes:

    Stradivarius Palatinos.




    En el Palacio se guarda el cuarteto de los Stradivarius Palatinos, el conjunto más importante del mundo de instrumentos realizados por el famoso lutier Antonio Stradivari, compuesto por dos violines, una viola y un violonchelo denominados, con debido a su ornamentación, los Stradivarius decorados. Además, también se guarda otro violonchelo del mismo autor datado en1700. Los instrumentos fueron adquiridos por Carlos IV en 1775.

    Pintura.




    En el Palacio se conservan lo que podrían denominarse «restos» de la gran colección real, puesto que la mayor parte de sus fondos pasaron a formar parte del Museo del Prado en el siglo XIX. Aun así, la colección de pintura puede considerarse muy importante, abarcando múltiples géneros, escuelas y épocas.

    Los pintores españoles que trabajaron para la corte constituyen uno de los núcleos principales de la colección. Destaca un grupo de obras de Goya, sobresaliendo un conjunto de cuatro cuadros representando a Carlos IV y su esposa María Luisa de Parma con diversos atuendos; el Prado posee ejemplares de dos de ellos, pero son copias pintadas por Agustín Esteve. También se conserva del mismo autor una excepcional grisalla y un cuadro de tema cinegético. De Velázquez destaca un raro bodegón de caza, original representación en trampantojo. Ribera está representado por un excepcional retrato ecuestre, Juan José de Austria. Son destacables también un retrato de Van der Weyden, y el políptico que perteneció a Isabel la Católica, obra de Juan de Flandes y Michel Sittow. Watteau, figura clave del rococó francés, cuenta con dos pinturas, de las pocas suyas existentes en España; es excepcional también una Salomé pintada por Caravaggio al final de su vida. Otros autores mencionados en los inventarios son Luis de Morales, Juan de Juanes, Jacopo Bassano, Luca Giordano, David Teniers el Joven, Michel-Ange Houasse, Tiepolo, Luis Paret, Mengs (del cual se ha recuperado recientemente una Inmaculada Concepción sustraída por el mariscal Soult durante las invasiones napoleónicas), Luis Meléndez, Francisco de Paula Van Halen o Sorolla. Retratistas de la corte borbónica, como Louis-Michel van Loo y Franz Xaver Winterhalter cuentan también con una lógica presencia. Las obras están distribuidas por los salones y en una zona habilitada como museo de pintura, aunque es previsible que al menos en parte sean expuestas en el futuro Museo de Colecciones Reales.

    No hay que olvidar dentro del capítulo pictórico el magnífico ciclo de frescos que decoran las bóvedas del edificio. Intervinieron en su decoración algunos de los artistas más destacados de la época de su construcción, como Giovanni Battista Tiepolo, Mengs, Francisco Bayeu, Corrado Giaquinto o Mariano Salvador Maella.

    Escultura.




    En el Palacio Real las series de escultura son de importancia menor que la de la colección de pintura, pero la serie del siglo XVII procedente del anterior alcázar es de un carácter excepcional. Los principales escultores representados son Gian Lorenzo Bernini, Mariano Benlliure, Antoine Coysevox y Agustín Querol. Sobresale la serie deLos Planetas, repartida en el Salón del Trono y el Salón de Columnas.

    Mobiliario.




    El gran valor del mobiliario del palacio reside en su autenticidad, pues la mayoría de los muebles corresponden a la época de construcción del palacio y reinados sucesivos, que se muestran en una serie ininterrumpida de estilos rococó, neoclásico, imperio e isabelino. Algunas de las series más importantes de muebles se encuentran en los salones de Gasparini, Trono y Espejos. Cabe destacar la «Mesa de las Esfinges», de estilo imperio, situada en el Salón de Columnas, sobre la que se firmó el tratado de ingreso de España en la Unión Europea.

    Relojes.




    Considerada la mayor y mejor colección de relojes de España, también es una de las principales del mundo. La importancia de la colección radica sobre todo en los relojes de época rococó construidos para Fernando VI por el relojero suizo Jacquet Droz. El reloj denominado El Calvario, del siglo XVII y construido en Núremberg, es el más antiguo, mientras que la existencia de un gran número de relojes de época imperio se debe a la afición por estos instrumentos por parte de Carlos IV. También es de destacar, por la riqueza de materiales usados para su elaboración, como oro, plata o marfil, un reloj regalo del presidente de Perú al rey Alfonso XIII en 1906, construido en 1878.

    Porcelanas.




    La colección de porcelanas abarca diversas épocas, estilos y procedencias, aunque las más valiosas son los restos de la vajilla de bodas de Carlos III y María Amalia de Sajonia. También posee piezas destacadas de la Manufacture nationale de Sèvres y El Buen Retiro. Destaca por su singularidad en este apartado la ya descrita Saleta de Porcelana, revestida totalmente con placas de este material, fabricadas por la citada Real Fábrica del Buen Retiro.

    Tapices.




    Considerada la principal colección del mundo, la colección de tapices se compone fundamentalmente de paños fabricados en Bruselas y en la Real Fábrica de Tapices sobre cartones de Francisco de Goya. Son de destacar los tapices que se encuentran cubriendo las paredes del comedor de gala.

    Orfebrería.




    A diferencia de otras casas reales europeas, los monarcas españoles no tuvieron joyas vinculadas a la Corona, sino que las mismas fueron repartiéndose en herencias y dispersándose asimismo como consecuencia de guerras y exilios. Aun así, se conservan en el palacio muestras muy importantes de orfebrería y platería. Las piezas más valiosas corresponden a una parte del Tesoro de Guarrazar, que originariamente fue un regalo a la reina Isabel II. De época de esta reina es también el conjunto de las alhajas de la Virgen de Atocha, coronas cuajadas de brillantes y topacios de gran tamaño. Destacan asimismo una arqueta que perteneció a la infanta Isabel Clara Eugenia (siglo XVI), delicado trabajo renacentista decorado con entalles y camafeos, y un relieve en plata de Alessandro Algardi, San León deteniendo a Atila, reducción del conservado en la Basílica de San Pedro. Especial valor simbólico tienen la corona y cetro reales. La primera es de época barroca, realizada en plata sobredorada, mientras que el cetro es un magnífico trabajo renacentista, de manufactura bohemia, coronado por un orbe en cristal de roca.

Fuentes: Wikipedia y Patrimonio Nacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario