Con este nombre se conoce a varias
estancias construidas como aposentos de la reina Isabel de Farnesio, quien los
habitó entre 1764 y 1766. Después sirvió como recámara de
la infanta María Josefa y de la princesa de Asturias, María
Antonia de Borbón-Dos Sicilias, esposa del futuro Fernando VII. En la
decoración de este cuarto destaca La aurora, último fresco de
Mengs, y Los cuatro momentos del día, escena adornada por ángeles
de estuco. En los primeros años del siglo XIX se encontraba
aquí La familia de Carlos IV, obra de Francisco de Goya, junto
con sus bocetos (El infante Carlos María Isidro, El infante
Francisco de Paula, La infanta María Josefa, El infante
Antonio Pascual y Luis, rey de Etruria). Esta decoración fue
sustituida en 1818 por Fernando VII, quien importó unos bellos tapices de
estilo neoclásico y convirtió la estancia en el tocador de su esposa María
Isabel de Braganza. La nueva reina inició un programa iconográfico que
incluía escenas sobre la vida de San Hermenegildo y Santa Isabel
de Portugal, encargadas a Zacarías González Velázquez, Vicente López
Portaña y al mismo Goya. Algunos años antes, bajo el patrocinio de Isabel
de Farnesio, se había pintado una alegoría de Isabel la Católica y el famoso
cuadro Colón ofreciendo el Nuevo Mundo a los Reyes Católicos, obra
de Antonio González Velázquez.
La Primera Antecámara de la Reina es,
totalmente, obra de José Segundo de Lema, realizada durante el gobierno de
Alfonso XII. También se le llama Sala Plateresca, pues fue decorada con los
elementos renacentistas del arte plateresco español. La
intempestiva muerte del rey frustró el proyecto decorativo, pues con Alfonso
XIII comenzó a usarse este recinto como Sala de Cine y Sala de la Banda, por
alojarse allí el grupo de músicos que tocaba en las celebraciones de Palacio.
Este salón albergaba un finísimo centro de mesa, hecho en París y
regalado por el conde de Aranda a Carlos IV en 1786.
En la Segunda Antecámara de la Reina se ha
guardado, desde tiempos de Carlos III, la colección de platería y
otras piedras preciosas en poder de la Familia Real. A continuación se
sitúa la Tercera Antecámara de la Reina, cuya bóveda fue pintada por Francisco
Bayeu con el tema Boabdil entregando las llaves de Granada a los
Reyes Católicos (1763). Bajo Fernando VII se convirtió en oratorio
de su tercera esposa, María Josefa de Sajonia, y con Isabel II siguió
usándose como aposento de su marido, Francisco de Asís de Borbón.
Esta zona de Palacio ha sido
ocupada muy brevemente a lo largo de su historia. Entre sus moradores se
encuentran el infante Luis Antonio de Borbón y Farnesio (1764-1776),
don Gabriel de Borbón (1785-1788), Luisa Fernanda de Borbón y Antonio
de Orleans(1846-1848) y doña Isabel de Borbón y Borbón (1876-1931).
La Primera Antecámara de don Luis, hoy
conocida como Salón de Vajillas, posee un hermoso fresco de Luis González
Velázquez: La gloria y el poder español en las cuatro partes del mundo. Aquí
se guardaba la vajilla usada en el servicio de los Príncipes de Asturias,
regalada a Carlos IV por Augusto II de Polonia. Otras piezas proceden
de Sèvres, encargadas por Fernando VII e Isabel II. También se conserva
aquí la cristalería, donde destaca la colección del rey Francisco de Asís; una
de las escasas piezas salidas de la Real Fábrica de Cristales de La Granja.
Cerca de allí se encuentra la cámara del
infante don Luis, que aloja la mejor obra de Francisco Bayeu en Palacio,
realizada con su hermano Ramón: La Providencia presidiendo las
Virtudes y las Facultades del hombre. En esta sala el infante
organizaba audiciones de músicos, por lo que hoy en día sirve como Sala de
Instrumentos Musicales. Un poco después se halla la Sala de Papel Pintado,
llamada así por estar ornada con el papel de la Real Fábrica. Los motivos
representados son, en su mayoría, mitológicos.
El Gabinete del Ángulo o Tocador Chinesco,
el cuarto de la infanta Mariana Victoria y la Pieza de los Pájaros
albergan la más grande colección de pintura de todo el Palacio Real. Se
conservan obras de Juan de Flandes, van der Weyden, El Bosco y Rubens. La
bóveda del Gabinete de los Pájaros fue decorada por Domenico Tiepolo, quien
para esta obra contó con la colaboración de su hermano Lorenzo, ejecutada con
gran naturalismo. Sobre uno de los muros se exhibe Salomé con la cabeza
del Bautista, obra de Caravaggio.
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